El 39% de los brasileños considera al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva como "óptimo o bueno", frente a un 30% que lo califica de "regular" y otro 26% que lo tilda de "pésimo", según un sondeo divulgado en ese país.
La encuesta fue realizada por el instituto Ipec en el marco de los primeros cien días de Lula en el poder, que se cumplieron este lunes, y el resultado sobre la gestión del Gobierno es muy similar al de un sondeo de la firma Datafolha, publicado hace dos semanas.
El instituto Ipec también preguntó sobre la forma en que Lula, en lo personal, dirige el Gobierno, y un 54% declaró que lo aprueba, en tanto, un 37% lo rechaza y el 9% restante aún no tiene una opinión formada.
Lula, como candidato de un amplio frente progresista, se impuso en la segunda vuelta de los comicios de octubre pasado al vencer al entonces Presidente Jair Bolsonaro con un 50,9% de los votos, frente al 49,1% que obtuvo el líder ultraderechista que aspiraba a la reelección.
Asumió el poder el 1 de enero y en sus primeros cien días en el cargo ha puesto énfasis en recuperar los planes sociales que habían sido abandonados por Bolsonaro. También enfrentó una intentona de golpe promovida por activistas de ultraderecha que ocho días después de su investidura atacaron las sedes de los tres poderes.
La encuesta fue realizada entre el 1 y 5 de abril, período en el que fueron entrevistados 2.000 electores de 128 municipios de todas las regiones del país.
Lula aterriza en China para "relanzar las relaciones" con Beijing
El presidente brasileño aterrizó este miércoles en la ciudad oriental china de Shanghái, donde mañana dará comienzo a una visita oficial de dos días con la que pretende "relanzar las relaciones" con el país asiático, su principal socio comercial desde 2009.
Ésta será la tercera visita oficial del mandatario a China tras las que llevó a cabo en 2004 y 2009, durante su primera etapa en el cargo (2003-2010).
El viaje fue calificado por la Presidencia como "uno de los más importantes del inicio" de esta nueva etapa en el poder, que comenzó el pasado 1 de enero.
Lula, que llega a China acompañado por una nutrida comitiva formada por ministros, empresarios, gobernadores y congresistas, tenía inicialmente previsto llevar a cabo esta visita a fines de marzo, pero fue pospuesta tras caer enfermo.
El presidente brasileño, de 77 años, participará mañana en la toma de posesión de su sucesora en el cargo entre 2011 y 2016 y aliada política, Dilma Rousseff, como nueva jefa del banco de fomento de los BRICS, el foro que el país integra junto a Rusia, India, China y Sudáfrica.
Tras ello, el mandatario brasileño mantendrá un encuentro con empresarios y, posteriormente, volará a Beijing, donde tiene previsto entrevistarse el viernes con su homólogo chino, Xi Jinping; con el primer ministro, Li Qiang, y el presidente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo), Zhao Leji.
Durante la visita se firmarán una veintena de acuerdos para estrechar lazos en el área comercial, protocolos fitosanitarios, tecnología, desarrollo, transición energética y otros ámbitos de colaboración en el marco de la asociación estratégica bilateral.
Uno de ellos, ya anunciado previamente, copó titulares por establecer la operación directa de transacciones comerciales entre Brasil y China en yuanes, "sin necesidad de dolarización".
Lula, que también invitará a Xi a visitar Brasil, aseguró esta semana que busca "inversiones para generar empleos y nuevos activos productivos", con ejemplos como autopistas o centrales hidroeléctricas.
En un editorial publicado hoy, el rotativo oficial Global Times calificó a Lula de "viejo amigo del pueblo chino" y aseguró que su visita servirá para que "el mundo sea testigo del poder de la paz y el desarrollo".