"¡La pucha que vale la pena estar vivo!". Alberto Fernández emuló la escena de Héctor Alterio en "Caballos Salvajes" en un acto en Mar del Plata. Tras esa cita nostálgica -típica del Presidente- el jefe de Estado regresó a la quinta de Olivos en el Tango 03. Cuando se quedó solo en la residencia oficial, entrada la noche, comenzó a levantar el teléfono para hablar con sus colaboradores cercanos.
Llamó a el jefe de Gabinete, Agustín Rossi; al secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello; al vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos; al canciller Santiago Cafiero y a la portavoz Gabriela Cerruti. Con algunos, incluso, se quedó charlando hasta pasada la medianoche. A todos les comunicó que se iba a bajar de la reelección y que lo quería anunciar esta misma mañana.
Recién ahí, el equipo de comunicación de Fernández se puso a confeccionar el video de 7 minutos y 42 segundos con la voz en off del Presidente y múltiples imágenes de archivo. "Trabajamos toda la noche para que saliera hoy temprano", dijo alguien del staff presidencial. Esta mañana, cuando Fernández publicó el tuit, varios de sus colaboradores, los "albertistas", habían llegado a Olivos para acompañarlo. Uno de ellos transmitió: "Lo vimos tranquilo, convencido de estar haciendo lo correcto. Aunque hacer lo correcto no sea lo que más le conviene". A Fernández le esperan siete meses difíciles de una economía vulnerable, sin una proyección de continuidad política y con una legión de detractores de su gestión en su propia coalición de Gobierno.
La oportunidad
Tal como contó La Nación, el entorno íntimo de Fernández percibía desde hace varios días que el Presidente desistiría de ir por la reelección. No porque el Mandatario se los transmitiera directamente, como una decisión tomada 100%. Pero en las conversaciones cotidianas se traslucía que había desistido de jugar y todos lo sabían. "Era claro que estaba macerando la decisión, pero faltaba un proceso muy interno de él. No decía que se iba a bajar, pero se intuía que iba a ser así. Ayer a la medianoche hablamos y me dijo que creía que este era el momento", señaló a este medio un importante funcionario nacional.
Un ministro relevante que estuvo en las últimas horas con Fernández, acotó: "Alberto estaba esperando la oportunidad, iba midiendo. Creo que finalmente decantó que necesita transitar los meses que le quedan más desprendidos de lo electoral y más enfocado en la gestión".
Más allá de su definición personal, Fernández venía, desde hace meses, obsesionado con dos cuestiones de cara al armado de la estrategia electoral: evitar el "dedo" de Cristina Kirchner en la confección de las listas y asegurarse que -si él no era candidato- hubiera un postulante del oficialismo que defienda a la gestión nacional durante la campaña.
Es por eso que viene insistiendo con que la interna del Frente de Todos se debe dirimir en las urnas. Si bien hay interlocutores de los distintos grupos del oficialismo que trabajan en un "reglamento" para una eventual competencia interna, dada la catástrofe económica y la inestabilidad financiera que está atravesando el Gobierno, son muchos los dirigentes que no descartan que finalmente decante un candidato de unidad por el peronismo.
Pero más allá de la estrategia electoral, los acontecimientos de los últimos días empujaron al Presidente a oficializar su decisión ahora. Los ruidos políticos con
Sergio Massa -que ayer se fue de Olivos sin saber lo que haría el Presidente- y la disparada del dólar pusieron al Gobierno en una situación de enorme vulnerabilidad. Por otro lado, la semana negra para el Gobierno tenía esta tarde el broche final con una nueva reunión del PJ, en donde se podía repetir la misma escena que hace dos meses en la sede de Matheu, con el kirchnerismo presionando para que el jefe de Estado se bajara y una nueva pelea a cielo abierto en el Frente de Todos. En este contexto, cualquier ruido político en la cúpula impacta rápidamente en los mercados.
"La reunión de hoy podía ser algo muy escabroso, pero además está la situación económica y social. Alberto va a poder terminar mejor sin el peso de una candidatura", dijo un ministro cercano al Presidente. Otro funcionario que hoy estuvo en Olivos acotó: "Alberto no podía ir hoy al PJ a discutir una candidatura que no iba a ser y menos en un momento económico que exige que se dedique solo a la gestión".
La duda que queda es si Fernández apoyará a un candidato o se declarará prescindente. "Debe concentrarse en resolver los problemas de los argentinos. Se pone al frente del armado electoral", fue el mensaje oficial que transmitió hoy la Casa Rosada junto al tuit del anuncio. En el video, Fernández dice: "Debemos democratizar nuestro espacio, démosle la lapicera a cada militante".
En el entorno del Presidente señalan que Fernández quisiera que alguien de su núcleo esté representado en la papeleta, "aunque difícilmente se ponga en jefe de campaña de nadie". Es decir,
podría manifestar su preferencia por algún candidato, sin exhibirse involucrado la tarea proselitista.
Conforme pasan las horas, Rossi se entusiasma cada vez más con ver su nombre en alguna boleta. Scioli, por su parte, es el único que está totalmente lanzado y que dice, sin ponerse colorado, que va a ser candidato a presidente este año. Pero no se presenta como el "plan B" de Fernández. El embajador en Brasil está volcando recursos económicos para hacer una campaña y tendiendo puentes con todas las terminales del oficialismo, el kirchnerismo incluido.