El Presidente de Colombia,
Gustavo Petro, aclaró sus polémicos dichos durante el
"balconazo" del 1 de mayo, donde advirtió de una posible "revolución" en su país si el Congreso rechaza las reformas que está impulsando. En esa línea, defendió el derecho de la ciudadanía a manifestarse libremente.
"Salir a las calles no significa violencia", enfatizó el Mandatario, en diálogo con W Radio, en el marco de su visita de Estado a España, en la que busca profundizar en las relaciones bilaterales, fundamentalmente económicas, y conseguir el apoyo español al llamado Plan de Paz colombiano.
El líder izquierdista remarcó que "debe haber sociedad viva, digo que se sepa que hay una sociedad que lucha por ello y no es un capricho del Presidente.
Que no es un rato de fiebre ideológica".
Así, Petro remarcó que no está incitando a la violencia con su llamado a marchar, sino que busca ayudar al Congreso a "aterrizar el momento histórico" que está viviendo Colombia.
"Creo que se puede construir una coalición más pequeña. La revolución es que la gente salga a la calle, una sociedad que se mueva, no habrá cambios si no hay una sociedad que se mueva", añadió.
Más tarde, en un punto de prensa en la embajada de Madrid, el Presidente colombiano subrayó que los cambios realizados en su Ejecutivo necesitan el respaldo de la población colombiana. "Ningún cambio se puede presentar si no hay un respaldo popular.
Los cambios no se pueden imponer", dijo.
En ese sentido, insistió que el llamado a la presencia de la población de las calles de Colombia, "no es un llamado a la violencia, al contrario, cuanto más se pueda expresar la población pacíficamente, menos violencia habrá en el país".
"Si un Gobierno responde con fuego, con muertos, con represión, con cárcel, pues lo que cosecha es violencia, es ahí donde hay que poner el cuidado", aseveró.
Y remarcó: "Cuando nosotros decimos que pacíficamente la gente salga a las calles, lo que estamos haciendo es disminuyendo la violencia".
El miércoles Petro
rompió con los partidos tradicionales que lo apoyaron al inicio de su gobierno, dio un giro a la izquierda y reemplazó a siete ministros por antiguos colaboradores políticos.
El Presidente explicó el nuevo "gobierno de emergencia" como reacción a un "Congreso que no fue capaz de aprobar unos simples artículos muy pacíficos" sobre la repartición equitativa de la tierra, un tema neurálgico del prolongado conflicto armado en uno de los países más desiguales de América.
