Ucrania obtiene de Estados Unidos y Europa casi toda la asistencia económica y militar que le ayuda a resistir la invasión rusa, pero Kiev sigue trabajando en ganarse apoyos también en regiones como América Latina, donde busca acercarse a Brasil y está construyendo con Guatemala una relación bilateral sólida.
El 11 de mayo, antes de empezar la histórica gira europea que lo llevó a Roma, Berlín, París y Londres, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, recibió en el Palacio de Mariinsky de Kiev al consejero de Asuntos Exteriores de su homólogo brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, Celso Amorim.
Desde que en el primer aniversario de la guerra el 24 de febrero se marcara como prioridad implicar al llamado Sur Global en los esfuerzos para acabar con la ocupación rusa,
Zelenski ha invitado a Lula a visitar Kiev en numerosas ocasiones.
Kiev no ha conseguido por el momento que el Mandatario brasileño se desplace a Ucrania, pero sí que Zelenski y Lula mantuvieran el 2 de marzo una conversación telefónica y que Amorim y otros asesores del Presidente brasileño hayan hablado con el jefe del Estado ucraniano o con sus consejeros en varias ocasiones.
Divergencias sobre la paz
Para no comprometer estos contactos con el país más poblado de Latinoamérica, la administración de Zelenski ha dejado de lado su habitual estilo de comunicación contundente y directo a la hora de responder a las repetidas sugerencias de Lula de que Ucrania renuncie en aras de la paz a parte de los territorios ocupados por Rusia.
En vez de condenar al más alto nivel estas propuestas que Ucrania considera inaceptables, Kiev ha recurrido al portavoz del Ministerio de Exteriores, Oleg Nikolenko, para dejar claro,
en un tono conciliador, que Ucrania no se plantea la posibilidad de ceder ni un centímetro de su territorio.
Kiev quiere evitar de esta forma romper puentes con un Gobierno de peso que tiene buenas relaciones con el Kremlin y se ha postulado como mediador en el conflicto, con la esperanza de convencer a Lula de que la retirada rusa del territorio de Ucrania debe ser un requisito imprescindible para la paz.
Una cumbre con Latinoamérica
Como anunció después de su reunión en Kiev con Amorim, Zelenski también aspira a valerse de la influencia de Brasil en Latinoamérica a la hora de impulsar una cumbre entre Ucrania y los países latinoamericanos, para recabar apoyos en la región al mayor número posible de puntos de la llamada Fórmula de Paz.
Esta hoja de ruta presentada por Kiev enuncia
nueve condiciones para lograr el fin de la guerra que pasan por restablecer la integridad territorial de Ucrania y garantizar el respeto de los derechos humanos y la seguridad atómica y energética.
El Presidente ucraniano ha planteado la posibilidad de que los gobiernos puedan apoyar únicamente aquellos puntos de la Fórmula que consideren oportunos, en un intento de implicar al mayor número posible de países en los esfuerzos para lograr una paz que no suponga la pérdida de territorios ucranianos.
México, Chile y conexión con Fuatemala
El 4 abril, Zelenski pidió apoyo a su Fórmula de Paz en un discurso telemático ante el Congreso de Chile, y el 20 de abril hizo lo propio ante el Parlamento de México.
La ausencia durante esta última alocución de buena parte de los diputados del partido en el poder refleja las dificultades que está teniendo Ucrania en cosechar apoyos claros entre gobiernos como el del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, la conexión latinoamericana más fructífera para Ucrania
está siendo hasta ahora con Guatemala. El presidente del país centroamericano,
Alejandro Giammattei, se convirtió en julio del año pasado en el primer mandatario de Latinoamérica en visitar Kiev.
El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, protagonizó la semana pasada la primera visita de un jefe de la diplomacia ucraniana a Guatemala.
Kuleba y su homólogo guatemalteco, Mario Búcaro, se comprometieron a seguir trabajando para intensificar unas relaciones comerciales y políticas. Durante su estancia en Guatemala Kuleba también participó en la cumbre de la Asociación de Estados Caribeños.
Además de pedir apoyo, Kuleba ofreció exportar cereales y aceite de girasol a los países de la región y contribuir a su desarrollo con la experiencia ucraniana en sectores como el de la investigación científica y la innovación digital.