Polémica causaron en Argentina las declaraciones de un periodista que cuestionó la posible candidatura presidencial del ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro. Sus críticas no estuvieron enfocadas en la capacidad del funcionario de gobernar o en su postura política, sino que en una condición particular: su tartamudez.
"Si vas a poner una persona de esta naturaleza, tartamuda, como candidato a presidente sabes que en Argentina va a fallar porque la sociedad no está preparada para eso", aseguró Gabriel Levinas en entrevista con TN, agregando que, "en un partido que lo único que hace bien es hablar, pones un tipo que no puede hacer oratoria".
Las palabras de Levinas generaron el repudio de referentes del oficialismo trasandino y de la Asociación Argentina de Tartamudez, e hicieron recordar lo ocurrido en
Estados Unidos, donde esta discusión se llevó a cabo ante la postulación en 2020 del actual presidente,
Joe Biden, que fue diagnosticado con el mismo trastorno del habla.
Es bien sabido que el actual Mandatario estadounidense ha luchado toda su vida por superar su tartamudez. Hoy en día, el líder demócrata no piensa "que siga tartamudeando", según confesó en una entrevista a Axios, aunque muchos crean que las pausas evidentes en sus discursos públicos se atribuyen a esto.
Si bien dijo en entrevistas que nunca recibió terapia profesional, durante su juventud desarrolló estrategias para superarlo, como recitar poesía frente al espejo para controlar sus reacciones faciales.
Biden confesó que durante su adolescencia
fue víctima de las burlas de sus compañeros de colegio. "En clase de latín
me apodaron Joe Impedimenta. Te desespera y te avergüenza", escribió en un ensayo para la revista People sobre su historia.
Pero el ex senador estadounidense nunca dejó que su tartamudez, que considera "un regalo de Dios", lo definiera, un logro que atribuye a los constantes recordatorios de su madre: "Joey, no dejes que esto te defina. Joey, recuerda quién eres, puedes hacerlo (...) Cada vez que salía, ella me lo reforzaba", contó.
"Una y otra vez, mis padres me enseñaron que ser diferente no es una barrera para el éxito", afirmó Biden.
"No tiene nada que ver con tu coeficiente intelectual. No tiene nada que ver con tu constitución intelectual", dijo Biden durante un debate público en la CNN. "La tartamudez, si se piensa en ello,
es la única discapacidad de la que la gente todavía se ríe. De la que todavía se humilla a la gente. Y ni siquiera lo hacen a propósito".
Su trastorno en el habla no le impidió licenciarse en la Universidad de Delware y en la Facultad de Derecho de Siracusa, ni mucho menos convertirse en una de las personas más jóvenes elegidas para el Senado de los Estados Unidos a sus 29 años. Antes de su desembarco en la Casa Blanca como presidente -que espera mantener si gana la reelección- fue vicepresidente durante la administración de Barack Obama.
Durante su campaña para la presidencia en 2020, los medios de comunicación estadounidense apuntaron a varias situaciones en las que Biden tartamudeó durante sus discursos, algo que el demócrata tildó de "una obsesión sin sentido de los medios de comunicación".
En la convención del Partido Demócrata en agosto de ese año, donde Biden confirmó oficialmente la nominación como candidato a la presidencia de Estados Unidos, un video emotivo sobresalió en el evento. Se trató del testimonio de
Brayden Harrington, un joven de entonces 13 años con tartamudez, al que Biden le dio estrategias para controlarlo.
"Sin Joe Biden yo no estaría aquí hablando con ustedes", declaró Harrington.
"Si pudiera compartir un consejo con todos los que luchan contra la tartamudez, sería este: Cuando te comprometes con un objetivo y perseveras en la lucha, descubrirás nuevas fuerzas y habilidades que te ayudarán a superar no sólo este reto, sino también los futuros retos de la vida. Te lo prometo: no tienes nada de lo que avergonzarte, y tienes todos los motivos para sentirte orgulloso", aconsejó en una carta a la Stuttering Foundation of America en 2015.