Los resultados de las elecciones municipales y autonómicas en
España del domingo no dejaron a nadie indiferente. El triunfo categórico del
Partido Popular (PP, derecha) y el ascenso de la extrema derecha de la mano de
Vox significaron un duro golpe para el
Partido Socialista (PSOE) y sus socios de
Podemos en el gobierno, a tal punto de que el jefe del Ejecutivo,
Pedro Sánchez, se vio obligado a adelantar las elecciones para julio. El mundo, y sobre todo Europa, observa expectante.
Pasa que España no fue el único escenario donde la derecha triunfó el fin de semana. En
Italia, los partidos de Gobierno (Hermanos de Italia, La Liga y Forza Italia) arrasaron en la segunda vuelta de las elecciones municipales, dejando en un segundo plano a los socialdemócratas, en lo que se interpretó como un espaldarazo a la gestión de la primera ministra
Giorgia Meloni, a solo siete meses de su victoria en las elecciones legislativas.
Estos dos hechos se suman a otros resultados electorales de los últimos meses, que reflejan cómo la derecha y la extrema derecha han ido ganando espacios y también han ocupado los gobiernos de sus respectivos países.
El caso de España y lo que se viene
Desde hace semanas que los medios señalaban a los comicios del domingo como el "termómetro" de cara a las elecciones legislativas programadas preliminarmente para diciembre de este año, las cuales definirán al nuevo Gobierno nacional. He ahí que tanto oficialismo como oposición se tomaron el juego en serio, con la mira siempre puesta en los próximos meses.
De esa forma, el Partido Popular (PP), principal referente de la derecha en España, aprovechó la campaña para golpear día a día al Ejecutivo del socialista Pedro Sánchez. Y la estrategia tomó resultado: la colectividad se quedó con la primera mayoría a nivel nacional y ganó varias de las principales alcaldías y comunidades autónomas del país.
La principal, Madrid, quedó a manos nuevamente de
Isabel Díaz Ayuso, quien no sólo ganó sino que también consiguió la mayoría absoluta en el parlamento regional. Referente del ala más derechista del PP, la dirigente -que hace cuatro años era una completa desconocida-
centró su campaña en atacar a Sánchez con un discurso un poco más duro que el resto de sus compañeros de partido. Tras esta victoria queda en un muy buen pie a la hora de pensar más allá, quizás en el Gobierno nacional.
Pero además, el partido de extrema derecha Vox consiguió resultados históricos el domingo, al casi duplicar la votación alcanzada en los comicios de 2019. Con esto, la colectividad liderada por Santiago Abascal también queda en una buena posición pensando en los comicios generales.
Estos resultados, acompañados de la contundente derrota del partido de derecha liberal Ciudadanos -que perdió más de 2.000 concejales respecto de las elecciones de 2019 y va camino a la desaparición- demuestran un giro a las ideas más conservadoras de la derecha.
Ahora se vienen las elecciones generales de julio. La razón principal de Pedro Sánchez para adelantarlas tendría relación con que el oficialismo necesita una reacción rápida a esta debacle y, mientras más tarde se celebren los comicios, la derrota podría ser peor. En un pésimo pie queda además el partido Podemos, de extrema izquierda y socio del PSOE en el Gobierno, que anotó paupérrimos resultados el domingo.
Italia y el respaldo a Meloni
El lunes no solo fue de celebraciones de la derecha en España. En Italia, la coalición formada por Hermanos de Italia, Forza Italia y La Liga, arrasó en la segunda vuelta de las elecciones municipales en 42 localidades del país, lo que fue interpretado como un respaldo total al Gobierno de la primera ministra Giorgia Meloni.
La líder del partido de ultraderecha Hermanos de Italia asumió como primera ministra en octubre pasado, luego de que su colectividad obtuviera la votación más alta en los comicios celebrados un mes antes. El hecho de haber sido la única formación que no participó del Gobierno transversal anterior, sumado a su discurso anti migratorio y euroescéptico, le valieron el triunfo.
Pero al no conseguir la mayoría absoluta en el Parlamento,
Meloni debió negociar con La Liga, liderada por
Matteo Salvini, y Forza Italia, encabezada por el ex primer ministro
Silvio Berlusconi. Tras una serie de reuniones, encuentros y desencuentros, los tres dirigentes acordaron formar un Ejecutivo de derecha.
Esta nueva alianza dejaba una serie de dudas respecto del rumbo que iba a tomar. Sin embargo, la propia Meloni moderó su discurso y dejó de lado el euroescepticismo, prometió fidelidad a la Unión Europea y abogó por "el derecho de asilo de quienes huyen de guerras y persecuciones".
De esta forma, la primera ministra se convertía en la tercera gobernante de extrema derecha en Europa, después de los ultraconservadores Viktor Orban en Hungría y Mateusz Morawiecki, en Polonia.
Golpe de timón en Suecia
Pocos días antes de las elecciones legislativas de Italia, en septiembre de 2022, en Suecia se daba un golpe de timón. Con 176 escaños, el bloque de cuatro partidos de derecha logró superar por solo tres cupos a la coalición de izquierda encabezada por la entonces primera ministra, la socialdemócrata Magdalena Andersson, poniendo fin a ocho años de gobierno de su colectividad.
Pero eso no fue todo: de los 176 escaños obtenidos por la oposición de derecha, 73 corresponden al partido ultraderechista Demócratas de Suecia (SD), que dio el gran golpe como la colectividad más votada del bloque opositor, con una votación histórica.
Sin embargo, pese al triunfo de la ultraderecha, el resto de los partidos no estaban dispuestos a que ésta se quedara con la jefatura de Gobierno, iniciando una negociación que culminó con la investidura como primer ministro de
Ulf Kristersson, líder de los
Moderados (derecha), en un Ejecutivo que además cuenta con la participación de
demócrata cristianos y liberales. SD, por su parte, quedó como "colaborador" del nuevo gobierno.
Para esto se llegó a un acuerdo que incluía endurecer la política de inmigración y la lucha contra el crimen, así como un impulso a la energía nuclear y un recorte en la ayuda al desarrollo.
Finlandia y Grecia
Los socialdemócratas sufrieron otro golpe en Finlandia. La colectividad liderada por la primera ministra Sanna Marin se quedó con el tercer lugar en los comicios celebrados el pasado 2 de abril. Pese a gozar de gran popularidad y haber sido destacada por su respuesta a la pandemia de covid-19, su partido obtuvo 43 escaños de 200.
El ganador de la jornada fue el partido conservador
Kokoomus (Coalición Nacional), con 48 escaños, seguido de la colectividad ultraderechista
Verdaderos Finlandeses, con 46. Con estos resultados, Marin asumió que dejará el Gobierno y renunció también al liderazgo de los Socialdemócratas.
Ahora, la derecha busca llegar a un acuerdo para formar Ejecutivo. A principios de mayo comenzaron las negociaciones entre Kokoomus, Verdaderos Finlandeses, el Partido Popular Sueco (SPF) y los demócrata cristianos. Entre los cuatro suman 108 de los 200 escaños, suficiente para llevar a cabo un programa de gobierno.
En tanto, en Grecia ganó la continuidad. El pasado 21 de mayo, la colectividad conservadora Nueva Democracia (ND), liderada por el primer ministro Kyriakos Mitsotakis, obtuvo el 40,8% de las preferencias, superando por 20 puntos a su más cercano perseguidor, el partido izquierdista Syriza, del ex Premier Alexis Tsipras.
El partido de Mitsotakis -que llegó al poder en 2019- obtuvo 146 escaños y le faltaron solo cinco legisladores para lograr la mayoría absoluta. Con ese escenario, el gobernante propuso
nuevas elecciones, las que se celebrarán el 25 de junio. Es de esperar que el oficialismo se quede con el control del Parlamento.
Otros países europeos con gobiernos de derecha o centroderecha son República Checa, Croacia, Irlanda, Letonia, Lituania, Países Bajos, Moldavia, Turquía -cuyo Presidente, Recep Tayyip Erdogan, logró la reelección el domingo- y Reino Unido.
