De izquierda a derecha: El Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro; de Surinam, Chan Santokhi; de Guayana, Irfaan Ali; de Colombia, Gustavo Petro; de Bolivia, Luis Arce; de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Argentina, Alberto Fernández; de Chile, Gabriel Boric; de Ecuador, Guillermo Lasso; de Paraguay, Mario Abdo Benítez; de Uruguay, Luis Lacalle, y el presidente del Consejo de Ministros de Perú, Alberto Otarola,
AP
No cabían dudas de que la presencia de Nicolás Maduro iba a ser el punto más comentado de la cumbre de líderes sudamericanos convocada por Luiz Inácio Lula da Silva, y así fue. Tanto la situación de Venezuela como los dichos del Presidente brasileño un día antes de que las denuncias de autoritarismo contra la gestión chavista se deben a una "narrativa", se tomaron la discusión.
Así lo dejó claro el Presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, al tomar la palabra en la cumbre. "Quedé sorprendido cuando se habló de que lo que sucede en Venezuela es una narrativa", dijo el gobernante de centroderecha.
"Si hay tantos grupos en el mundo que están tratando de mediar para que la democracia sea plena en Venezuela, para que se respeten los derechos humanos, que no haya presos políticos,
lo peor que podemos hacer es tapar el sol con un dedo", remarcó.
"Pongámosle el nombre que tiene y ayudemos", afirmó el líder uruguayo, que calificó a Maduro de "dictador".
Lacalle Pou explicó que Uruguay mantiene relaciones diplomáticas con Venezuela y tiene un embajador en Caracas, pero aseguró que la "afinidad" de los uruguayos "es con el pueblo venezolano". Asimismo, subrayó que no está en su manos "elegir a un Gobierno", pero que sí tiene "la posibilidad de opinar", tras lo que puso en tela de juicio uno de los puntos de una declaración conjunta que se negocia en la cumbre de Brasilia.
De esta forma, Lacalle se sumó a las palabras del Presidente Gabriel Boric, quien si bien aseguró que "nos alegra que Venezuela retome las instancias multilaterales", remarcó que eso "no puede significar meter debajo de la alfombra o hacer la vista gorda frente a temas que para nosotros son de principios e importantes".
"Yo manifesté respetuosamente que tenía una discrepancia con lo que señaló el Presidente Lula el día de ayer en el sentido de que la situación de derechos humanos en Venezuela era una construcción narrativa", señaló en un punto de prensa junto al canciller Alberto van Klaveren.
"No es una construcción narrativa, es una realidad", añadió.
El lunes, Lula da Silva recibió con honores a Nicolás Maduro y juntos anunciaron el inicio de una "nueva época" en la relación entre sus países. El Mandatario brasileño cuestionó las "inexplicables" sanciones internacionales que pesan sobre el líder venezolano y su gobierno.
"Compañero Maduro, usted sabe la narrativa que se construyó contra Venezuela: la de la antidemocracia, del autoritarismo", afirmó Lula y agregó que "cabe a Venezuela mostrar su (propia) narrativa, para que las personas puedan efectivamente cambiar de opinión".
La reunión entre Maduro y Fernández
En paralelo a la cumbre que se celebra en Brasilia, el Presidente argentino, Alberto Fernández, se reunió con Nicolás Maduro, a quien "instó" a que su país vuelva a estar representado en foros y mecanismos internacionales, entre los cuales citó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), según informó el Gobierno trasandino.
De acuerdo con el comunicado, Fernández también destacó el apoyo de Argentina "al diálogo entre los propios venezolanos para la búsqueda de una salida política" que "garantice la plena vigencia de la democracia y el respeto de los derechos humanos" y contribuya a "la recuperación de la economía venezolana y al bienestar de su gente".
En ese marco, el Presidente argentino consideró que
"debe acordarse una hoja de ruta con el oficialismo y la oposición" a fin de establecer "las garantías para el proceso electoral" que se celebrará en Venezuela en 2024.
Fernández, según la nota, también insistió en la necesidad de que sean levantadas las sanciones económicas aplicadas a Venezuela por otros países y reiteró que "la salida política" para ese país "no debe tener presiones ni condicionamientos externos".