Puede que el futuro político de Boris Johnson sea incierto, pero su carrera en la prensa está asegurada: el ex primer ministro británico fue contratado el viernes como columnista por el diario conservador Daily Mail, en un controvertido regreso al periodismo.
Este rotativo sensacionalista es conocido por sus sonados ataques a los ecologistas, a los migrantes o al príncipe Harry, así como por su firme defensa del Brexit.
Y defendió al ex líder conservador durante todo el
"partygate", el escándalo de las fiestas ilegales celebradas en Downing Street durante los confinamientos que contribuyó a su dimisión como primer ministro el pasado julio.
La semana pasada, Johnson tuvo también que renunciar a su escaño de diputado a raíz de un informe parlamentario que le declaraba culpable de engañar al Parlamento "deliberadamente".
Un día después de que dicho informe se hiciera público este jueves, el Daily Mail afirmó en su portada que había reclutado a un misterioso "nuevo columnista erudito" cuyas palabras serán esperadas "en Westminster y en todo el mundo".
Más tarde confirmó que se trata de Johnson, que publicará una columna todos los sábados a partir de esta semana.
Para Johnson, que el lunes cumple 59 años y está a punto de tener su octavo hijo, esta actividad representará una cómoda fuente de ingresos: Politico afirma que ganará varios cientos de miles de dólares por ella.
Estos se sumarán a los millones que ha ingresado dando conferencias desde que dejó Downing Street.
Pero su nombramiento fue inmediatamente criticado por la comisión encargada de supervisar las contrataciones de ex cargos públicos en el sector privado para evitar conflictos de intereses.
La comisión afirmó no haber sido avisada a tiempo.
"Una solicitud recibida 30 minutos antes del anuncio de un nombramiento es una clara infracción de las normas", declaró una vocera, precisando que el organismo pidió explicaciones a Johnson.
Antes de dedicarse a la política como alcalde de Londres y ministro en varios gobiernos, este trabajó durante años como periodista.
Gracias a conexiones familiares, hizo prácticas en The Times, de donde
fue rápidamente despedido por inventarse unas declaraciones.
En 1989 fue nombrado corresponsal en Bruselas del Daily Telegraph, antes de convertirse en columnista político en Londres para ese diario también conservador y la revista The Spectator.