del viaje del jefe de la diplomacia estadounidense y fue confirmado por ambas partes en el último momento, comenzó hoy a las 16:30 horas locales (08:30 horas GMT), según medios estatales chinos como Xinhua y CCTV.
La relación entre las dos mayores economías del planeta está tensionada por asuntos de primer orden, como el apoyo de Washington a la isla autónoma de Taiwán, que Beijing considera suya, la rivalidad en el campo tecnológico, las reivindicaciones territoriales de la potencia asiática en el mar de China Meridional o el trato a los uigures, una minoría musulmana del noroeste de China.
"El viaje del señor secretario de Estado a Beijing se produce en un
momento crítico en las relaciones chino-estadounidenses", dijo Wang Yi a su interlocutor, según la televisión china CCTV.
"Es necesario elegir entre el diálogo y la confrontación, la cooperación o el conflicto", dijo también Wang, quien alentó a recuperar una senda "sana" en la relación bilateral y a
"trabajar juntos" para que China y Estados Unidos "se lleven bien".
Wang Yi aprovechó la ocasión para reafirmar la posición de su país respecto a Taiwán.
En los últimos meses, los contactos entre Washington y las autoridades taiwanesas, procedentes de un partido independentista, irritaron fuertemente a Beijing, que respondió con ejercicios militares de gran envergadura alrededor de la isla de gobierno democrático.
El poder comunista chino considera a Taiwán como una isla rebelde, que no ha logrado aún reunificar con el resto de su territorio desde el final de la guerra civil china en 1949.
"El mantenimiento de la unidad nacional sigue en el núcleo de los intereses fundamentales de China", y "en este asunto, China no tiene margen para transigir o ceder", enfatizó Wang.
Relaciones en su punto más bajo
Este es el
último día de una inusual visita de Blinken destinada a calmar las tensiones bilaterales. El secretario de Estado norteamericano fue recibido el domingo por el ministro chino de Relaciones Exteriores, Qin Gang, situado jerárquicamente por debajo de Wang Yi.
El encuentro duró siete horas y media, más tiempo del previsto, y ambas partes acordaron
mantener abiertas las comunicaciones para evitar futuros conflictos.
Ambos países dijeron el domingo que Qin aceptó un ofrecimiento de visitar Washington próximamente.
Las conversaciones del domingo fueron "sinceras, sustantivas y constructivas", aseguró el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
Blinken destacó "la importancia de la diplomacia y de mantener abiertos los canales de comunicación sobre todos los temas para reducir el riesgo de percepciones y los errores de cálculo", agregó Miller.
A puerta cerrada,
Qin dijo a Blinken que las relaciones entre Estados Unidos y China "están en el punto más bajo desde que se establecieron relaciones diplomáticas" en 1979, según la televisión estatal CCTV.
"Esto no se ajusta a los intereses fundamentales de estos dos pueblos ni a las expectativas comunes de la comunidad internacional", declaró Qin en el diálogo con Blinken.
Xi se mostró conciliador la semana pasada cuando se reunió con Bill Gates, el magnate estadounidense de la informática convertido en filántropo.
"Eres el primer amigo estadounidense con el que me he encontrado este año en Beijing", declaró Xi a Gates, según el estatal Diario del Pueblo.
"Siempre hemos tenido esperanza en el pueblo estadounidense y esperamos una amistad continua entre los pueblos de los dos países", agregó.