El Presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, se pronunció hoy en contra de bloquear el suministro de bombas de racimo por parte de Estados Unidos a Ucrania, aunque señaló que la postura del Gobierno alemán de oponerse a su entrega sigue siendo la correcta.
"Considero que la postura alemana de pronunciarse en contra de la munición de racimo sigue siendo la correcta, pero en la situación actual no puede bloquear a Estados Unidos", dijo en una entrevista a la cadena pública alemana ZDF.
Recordó que fue él, como ministro de Exteriores socialdemócrata,
quien firmó en nombre de Alemania la prohibición de las municiones de racimo en Oslo en 2008 y que, en ese sentido, no puede ser del todo imparcial.
"No se trata de en qué lado estamos en esta guerra. Rara vez estuvo tan claro quién es aquí el agresor y quién la víctima y que nosotros tenemos que estar del lado de la víctima", agregó.
Subrayó que "la guerra podría acabar mañana si Rusia retira sus tropas de Ucrania (...) Si Ucrania pone fin a su defensa o si nosotros nos encargamos de que ya no sea capaz de defenderse, será el fin de Ucrania. Esa es la diferencia en la que siempre hay que volver a insistir", dijo.
En ese sentido, hay que entender que Ucrania "esté intentando hacer retroceder a las tropas rusas", señaló.
Añadió que también es correcto que se estén recopilando pruebas que podrían llevar posiblemente a una orden de detención contra el presidente ruso, Vladimir Putin. "Espero que lleguemos a una situación en la que también se pueda hacer algo con estas pruebas ante las instituciones internacionales", dijo.
Por otra parte, Steinmeier dijo no tener "nada en contra" de revisar la política hacia Rusia del Partido Socialdemócrata (SPD) y de la gran coalición entre cristianodemócratas y socialdemócratas liderada por la entonces canciller, Angela Merkel.
Subrayó que no hubo ni "ingenuidad" ni "servilismo amoroso" hacia Moscú, sino un intento de crear una arquitectura de seguridad en Europa con la implicación de Rusia. La conclusión, "lamentablemente", agregó, es que la seguridad en el futuro de Europa no será junto con Rusia, sino sin ella.
"Nos protegeremos la una de la otra" y eso significa "inmensos gastos para nuestros presupuestos de defensa", señaló.