El gobierno de Alberto Fernández en Argentina inauguró el domingo el primer tramo del gasoducto Néstor Kirchner. Durante el acto, en el que también participaron la vicepresidenta Cristina Fernández y el ministro de Economía Sergio Massa, el Mandatario argentino hizo una breve mención a la crisis hídrica que enfrenta Uruguay, especialmente Montevideo y el área metropolitana, lo que sacó ronchas al otro lado del Río de la Plata.
"Nos llevamos la experiencia de haber puesto el pecho y de haber seguido adelante. El tiempo que nos viene por delante nos enfrenta a muchos desafíos y nos da oportunidades. El gran desafío es el cambio climático, ya está visto. Lo vimos en la sequía, lo vive Uruguay. En Montevideo abren las canillas y el agua no sale", dijo Fernández.
Los dichos del Mandatario no cayeron bien en las filas oficialistas de Uruguay. "
Internacionalizaron la militancia por la sequía. Ahora es el ídolo de Orsi el que miente", escribió el senador del Partido Nacional
Sebastián Da Silva, en referencia a la oportunidad en la que el intendente de Canelones, Yamandú Orsi (Frente Amplio), dijo que Fernández era un "clase A de la política".
Quien salió en la defensa de Orsi fue el secretario general de la Intendencia canaria, Francisco Legnani. "Qué inquieto lo tiene Orsi, no pasa un día sin nombrarlo. Me alegro mucho", escribió en respuesta a Da Silva.
Por su parte, la senadora nacionalista Graciela Bianchi tildó las declaraciones de Fernández como de "mentira internacional". “Dijo en un discurso que en Uruguay no sale agua de las canillas. Asco también internacional”, escribió.
Por otro lado, el director Nacional de Telecomunicaciones, el también oficialista
Guzmán Acosta y Lara, apuntó: #Estamos frente a una situación difícil producto de una sequía histórica, pero el agua por ahora sigue saliendo.
Alberto Fernández en lugar de mentir públicamente debería ocuparse de Argentina, un país cada día más sumergido, pero en el hambre y la pobreza".
Días atrás, Argentina le ofreció cooperación a Uruguay para hacer frente a la crisis hídrica; el Gobierno uruguayo aceptó el ofrecimiento, pero descartó utilizarlo en este momento.