EMOLTV

Detención de soldado de EE.UU. en Corea del Norte por cruzar la frontera enciende alarmas en medio de tensión en la zona

Travis T. King, de 23 años, fue arrestado mientras realizaba un viaje turístico por la zona fronteriza. La duda ahora es cómo actuará Pyongyang a nivel diplomático.

19 de Julio de 2023 | 11:56 | EFE/Editado por Ramón Jara A., Emol
imagen

Un grupo de turistas recorre la Zona Desmilitarizada. Fue aquí donde el soldado Travis T. King cruzó la línea divisoria, siendo arrestado.

AP
El arresto de un soldado de EE.UU. por parte de Corea del Norte después de que cruzara la divisoria por sorpresa abre la puerta a que el régimen vuelva a interactuar con el exterior en un momento en que el país aún hace gala de una actitud paranoica ante el covid y mantiene sus fronteras selladas a cal y canto.

El hombre, identificado como el soldado de segunda clase Travis T. King, de 23 años, fue detenido mientras realizaba un viaje turístico y está bajo custodia de las autoridades norcoreanas. Según informó la agencia surcoreana Yonhap, el militar había sido multado en Corea del Sur por patear y dañar un vehículo policial. El uniformado, además, estaba en proceso de retornar a Estados Unidos como medida disciplinaria en relación con unas acusaciones por agresión.

El arresto de King, acontecido el martes, ha dado pie a que diversos analistas mediten sobre la posible respuesta de Pyongyang en un momento marcado por las elevadas tensiones de los dos últimos años que en esta última semana han deparado además nuevos episodios.

Entre ellos están desde lanzamientos de misiles norcoreanos, incluyendo uno de combustible sólido y alcance intercontinental, hasta la llegada a Corea del Sur de un submarino estadounidense con armas atómicas por primera vez en 40 años.

Los expertos debaten sobre si el régimen podría usar a este soldado raso estadounidense como una ficha para negociar alguna concesión con Washington o si por contra optaría por un gesto de buena voluntad devolviéndolo a su país de inmediato, algo que podría abrir la puerta a un diálogo que lleva en vía muerta desde 2019 y que Pyongyang lleva mucho tiempo rechazando.

"¿Podría Washington enviar a un alto representante para liberar al militar, tal y como sucedió cuando el entonces secretario de Estado, Mike Pompeo, visitó Corea del Norte en 2018 para recoger a tres estadounidenses que estaban presos o como cuando el ex presidente Bill Clinton acudió a Pyongyang para traer de vuelta a casa a dos periodistas de una emisora californiana?", se preguntan ya algunos.

Sin embargo, la primera incógnita a despejar es si el régimen norcoreano, que mantiene intacta su política de cerrar el país al exterior desde principios de 2020, piensa aprovechar esta oportunidad para comenzar a mirar hacia afuera.

Para hacerse a la idea de los extremos a los que Pyongyang ha llegado para blindarse de cara a la entrada del covid-19 (una medida que muchos expertos creen que se ha implementado también para aislar más a la población y reforzar el control que el régimen mantiene sobre la misma), conviene recordar que hasta ayer solo se tenía constancia de que dos personas han podido acceder a Corea del Norte en los últimos tres años.

Se trata de un desertor norcoreano que retornó a su país desde el Sur cruzando a nado el delta de los ríos Han e Imjin y del embajador chino en Corea del Norte, Wang Yajun, que llegó a la capital norcoreana en abril tras pasar varios días de estricta cuarentena en una instalación junto a la ciudad fronteriza de Sinuiji.

Ni los trabajadores norcoreanos ni los diplomáticos en el exterior han podido volver a su país desde principios de 2020 debido al estado de paranoia antivírica en que vive aún el lugar que los vio nacer.

Estudios que emplean fotos tomadas por satélite han demostrado que el régimen (que en el verano de 2020 emitió una orden para disparar a todo aquel que se acerque a las fronteras) ha reforzado enormemente el vallado en torno a las divisorias con China y Rusia, llegando a duplicarlo en muchas zonas, y multiplicado los puestos de guardia en estas regiones.

Sin embargo, hay un punto fronterizo en el que las autoridades norcoreanas no pueden realizar modificaciones de ningún tipo: la Zona de Seguridad Conjunta (JSA), el lugar por el que ayer cruzó el soldado Travis T. King.

Se trata de un área situada en el corazón de la Zona Desmilitarizada (DMZ) que divide las dos Coreas y que es el único punto en el que se ven las caras los soldados de ambos países. O se veían, más bien.

Tras el estallido de la pandemia, Corea del Norte empezó a reducir paulatinamente la actividad de sus militares en la JSA, hasta el punto de que su presencia hoy resulta invisible en el lugar.

Una turista sueca que ayer se encontraba realizando con King la visita turística guiada que el soldado aprovechó para cruzar hacia Corea del Norte lo corroboró escribiendo en su página de Facebook: "No había norcoreanos a la vista, ni siquiera los guardias junto a la famosa línea en el otro lado".

De este modo, y tras permanecer más de tres años como una nación completamente impermeable al exterior, Corea del Norte se encuentra ahora en un escenario totalmente inesperado.

No sería de extrañar que King, al igual que el personal militar norcoreano que haya entrado en contacto con él, se encuentre actualmente bajo cuarentena estricta mientras las autoridades deliberan sobre cómo proceder a partir de aquí.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?