Terminaron las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en Argentina y ya las fuerzas políticas del país vecino piensan en las elecciones generales del 20 de octubre, donde hay mucho en juego. El inesperado triunfo del diputado libertario Javier Milei en la contienda presidencial cambia todo un escenario y despierta un montón de dudas sobre qué ocurrirá en dos meses más.
El líder de
La Libertad Avanza se impuso con el 30,04% de los votos, convirtiéndose no sólo en el candidato más votado, sino que su bloque también lideró las preferencias, por sobre
Juntos por el Cambio (macrismo), que obtuvo el 28,27%, y el peronismo oficialista representado en
Unión por la Patria, que se quedó con el 27,27%.
Con esta escena, todos los movimientos ya sacan cálculos y piensan qué deben hacer para poder estar en la segunda vuelta presidencial de noviembre. Revisa acá los puntos clave de la jornada:
Triunfo del "voto bronca"
Desde su irrupción en la política hace dos años, el economista Javier Milei se ha posicionado con un discurso potente centrado en eliminar la "casta política" y llevar a Argentina a un cambio profundo enarbolando las banderas de la libertad.
De esta forma, el también diputado fue sumando cada vez más adeptos con su mensaje rupturista, medio "anti establishment" y alejado de las otras dos facciones que hasta ayer imperaban en la política trasandina.
"Milei se presentó -y así fue visto- como
un personaje que llegaba de afuera de la política para combatir las malas prácticas de la política. No es original: forma parte de un fenómeno bastante extendido en otros países y otras latitudes, como lo fueron el brasileño Jair Bolsonaro, Donald Trump y el salvadoreño Bukele, entre otros, que construyeron su capital político desde la derecha y ultraderecha. El economista promete dar vuelta como una media las graves dificultades argentinas, prometió aplicar un ideario ultraliberal que deja al mercado como el árbitro central", afirmó
Ricardo Kirschbaum en el diario Clarín.
Para la mayoría de los analistas, el triunfo de Javier Milei no es más que el reflejo del "voto bronca", es decir, el rechazo a la clase política tradicional y al escenario actual que vive Argentina, marcado por una hiperinflación, con su moneda por el piso y con una profunda crisis de seguridad. "Milei significa en sí mismo la expresión de un voto protesta", aseguró Joaquín Morales Solá en La Nación.
Pero esta "bronca" no solo se expresó en los votos a Milei. La altísima abstención electoral del 31% (la más alta desde que rigen las primarias, en un país donde el voto es obligatorio) refleja también a una ciudadanía cansada, que no cree en ningún candidato y que prefiere quedarse en su casa antes de votar.
El factor Milei y el fracaso (otra vez) de las encuestas
Casi está de más decir que el triunfo de Milei rompió todos los pronósticos. Peor aún, la mayoría de los analistas aseguraban que el apoyo al líder libertario estaba disminuyendo, y eso quedaba claro en las elecciones a gobernador en diversas provincias del país, donde los candidatos impulsados por La Libertad Avanza registraron resultados paupérrimos.
Sin embargo, el parlamentario se impuso en varias de las regiones donde se vaticinaba una derrota suya pensando en las elecciones de semanas atrás: San Juan, Tucumán, La Rioja y Córdoba, entre otras, se inclinaron por Milei. El gran batacazo fue en Santa Cruz, cuna del kirchnerismo, donde el diputado también resultó primero.
Hay dos factores para entender estos resultados en el interior del país. El primero es que
queda claro que los votos de Javier Milei no son endosables en su totalidad. Aquí, ciertamente, lo que convoca es la figura del diputado libertario, más allá de quienes lo acompañan. Esto, pese a que algunos candidatos de La Libertad Avanza obtuvieron buenos resultados en las PASO de ayer, como el caso de
Carolina Píparo en la provincia de Buenos Aires.
El otro factor clave es que las provincias son un mundo aparte, donde los caudillismos son esenciales, por lo que las elecciones a gobernador son otra cosa. De todos modos, llama la atención que los líderes regionales no pudieron traspasar a sus abanderados a presidente su apoyo.
Esto también demostró, otra vez, el fracaso de las encuestas realizadas durante la campaña por diversos centros de estudio, que le daban a Milei cerca del 17% de los votos y lo ponían en el tercer lugar, detrás de Sergio Massa y Patricia Bullrich. Esto ya se repitió en las PASO de 2019, cuando el entonces candidato Alberto Fernández venció todos los pronósticos.
La victoria personal de Macri
En el búnker de Juntos por el Cambio, pese al ambiente de celebración imperante, había muchas caras de preocupación. En el bloque opositor esperaban quedarse con el primer lugar como la coalición más votada, sin embargo, el triunfo de Javier Milei lo cambió todo. Ahora, quedaron en un escenario complicado en el que saben que tendrán que pelear si quieren pasar a segunda vuelta y seguir en carrera, ahora con Patricia Bullrich a la cabeza.
La elección del domingo dejó en claro que Juntos por el Cambio ya no es el referente de oposición al peronismo, lo que los pone en un aprieto si quieren mostrarse como la verdadera opción de cambio en Argentina.
Pero hubo uno que sacaba cuentas más alegres que el resto. Se trata del ex Presidente
Mauricio Macri, quien si bien meses atrás cerró la posibilidad de competir nuevamente por ir a la Casa Rosada, los candidatos que el apoyó tanto pública como privadamente se impusieron en las primarias, ratificando su influencia en la oposición.
Pese a que nunca lo dijo explícitamente, todo apuntaba que su apoyo en las presidenciales iba hacia Bullrich, ex ministra de Seguridad durante su gobierno. Diversas declaraciones en las que destacaba el perfil más confrontacional de la candidata por sobre su adversario y otrora delfín del ex gobernante, Horacio Rodríguez Larreta, hacían prever que se inclinaría por la líder del PRO.
Por otro lado, Jorge Macri, primo del ex presidente, ganó de forma bien apretada la primaria para jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, superando a Martín Lousteau, la carta del radicalismo. Esta candidatura fue promovida desde el principio por el otrora gobernante, que aún goza de gran popularidad en la capital trasandina.
Es de esperarse que, tras los resultados del domingo, Mauricio Macri se involucre en las elecciones con un discurso que vaya por el lado de querer un cambio, y que ese es más favorable de la mano de su coalición.
El desafío del peronismo
En el oficialismo, en tanto, intentaban mostrar cautela luego de aparecer como la tercera fuerza política de Argentina, su peor resultado histórico. Saben que la distancia con Juntos por el Cambio es remontable, pero entienden que deben hacer un esfuerzo mayor si es que pretenden llevar a su candidato, Sergio Massa, a un hipotético balotaje con Javier Milei.
El actual ministro de Economía obtuvo el 21,37% de los votos. Se espera que los sufragios de su contendor en la primaria interna, Juan Grabois (5,87%), pasen directo a Massa luego del total apoyo dado por el dirigente social anoche. Además, se sabe que el voto kirchnerista es militante y obediente.
Con ese 27,24%, Massa saldrá a buscar más apoyos. En esa línea, hay quienes afirman que podría tomar algunos de los votos de
Horacio Rodríguez Larreta, quien perdió en las primarias de Juntos por el Cambio con Patricia Bullrich, con el 11,29% del total de sufragios nacionales.
Si bien el jefe de Gobierno porteño ya se cuadró con la ex ministra de Seguridad, es posible que parte de sus votantes no se incline por ella, que representa un perfil más duro y confrontacional. Massa, de hecho, fue alguna vez compañero de militancia de Larreta y ambos mantienen algunos puntos en común en su programa.
Otra alternativa será buscar los votos del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, representante del peronismo no kirchnerista que fue la cuarta mayoría nacional con el 3,83% de los votos. Tal vez la posibilidad de que Massa quede tercero en octubre y la segunda vuelta sea entre Milei y Bullrich sea un aliciente para que los seguidores del líder regional apoyen en segunda vuelta al ministro de Economía.
El primer round ya se jugó ¿Qué pasará en octubre?