El llamado del Papa Francisco a la juventud rusa para que honre el legado del Imperio ruso fue recibido en Ucrania con decepción y la Iglesia católica local, que pide aclaraciones al Vaticano, considera que así se alimenta el nacionalismo radical.
El pasado 25 de agosto el Pontífice se dirigió a distancia a jóvenes católicos rusos que se habían reunido en San Petersburgo.
"Son descendientes de la gran Rusia: la gran Rusia de santos, gobernantes, la gran Rusia de Pedro I, Catalina II, ese imperio, grande, ilustrado, de gran cultura y gran humanidad", dijo el Papa, quien llamó a los destinatarios de su mensaje a "
no ignorar nunca esta herencia" y les agradeció por su "forma de ser rusos".
La declaración fue recibida en Ucrania con incredulidad. Los dos gobernantes rusos del siglo XVIII mencionados desempeñaron un papel central en la supresión de los últimos vestigios de la autonomía de la que todavía gozaban los territorios ucranianos del Imperio.
El aval resulta especialmente extraño en el contexto de una Rusia que sigue queriendo de nuevo capturar e incorporar territorios ucranianos.
Llevó varios días confirmar la veracidad de las palabras del Papa y para que surgieran reacciones de la iglesia local y del Gobierno.
Esas palabras representan
"el peor ejemplo del imperialismo y el nacionalismo extremo ruso", declaró en un comunicado el arzobispo Sviatoslav, líder de la mayor Iglesia católica del país, la Iglesia Ucraniana Grecocatólica.
Existe el riesgo de que se puedan interpretar como un respaldo al nacionalismo e imperialismo que originaron la guerra en Ucrania, "una guerra que trae muerte y destrucción a nuestro pueblo todos los días", se afirma en el comunicado, publicado este lunes.
"En el contexto de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, ese tipo de manifestaciones inspiran ambiciones neocoloniales por parte del país agresor, mientras que esa forma de 'ser ruso', por el contrario, tiene que condenarse", agregó.
Sviatoslav subrayó que las palabras de Francisco causaron "profunda decepción" y "dolor" tanto en la Iglesia como en la sociedad ucranianas.
La Iglesia pidió una "explicación" por parte del Vaticano y expresó su esperanza de que el Papa "escuche" su voz, dijo el arzobispo, puesto que las palabras del máximo líder católico contradicen su anterior condena de "cualquier forma de manifestación de imperialismo en el mundo moderno".
"Profunda decepción" es también lo que manifestó el Ministerio ucraniano de Relaciones Exteriores.
Usando esa "propaganda imperial" el Kremlin justifica "los asesinatos de miles de hombres y mujeres ucranianos y la destrucción de cientos de ciudades y pueblos de Ucrania", declaró su vocero, Oleg Nikolenko, en un comunicado emitido el lunes a última hora.
Nikolenko destacó que las ideas de una "Gran Rusia" están realmente detrás de las causas de la "agresividad crónica" rusa.
Agregó que resultó desafortunado que fueran repetidas "a sabiendas o no", por el Papa, cuya misión, cree el Gobierno ucraniano, es justamente la de "abrir los ojos a la juventud rusa ante una deriva destructiva del liderazgo ruso actual".
La declaración de la Nunciatura Apostólica en Ucrania, la representación del Vaticano en el país, rechazó tales interpretaciones y subrayó que el Papa Francisco
"nunca ha respaldado nociones imperialistas".
El Papa es un "firme opositor y crítico de cualquier forma de imperialismo o colonialismo en todos los pueblos y situaciones", según un comunicado.
El teólogo ucraniano Kirill Hovorun subraya en un blog que, a pesar de sus palabras desafortunadas, el Papa Francisco sigue "apoyando a Ucrania" con su empatía consistiendo en ser el "principal aliado" del país en el Sur Global.
El Pontífice quiere construir puentes con la sociedad rusa y la elección de esas palabras refleja un conocimiento "superficial" de la historia de la región, según Hovorun.
A pesar de que Ucrania es un país predominantemente cristiano ortodoxo, la posición del líder espiritual del mundo católico se sigue de cerca y delegaciones de distinto tipo, desde políticos hasta familias de prisioneros de guerra, le visitan regularmente en el Vaticano.
El miércoles pasado, la víspera del día en que Ucrania celebraba su Día de la Independencia, el Papa pidió a la audiencia congregada en el Vaticano "rezar por nuestros hermanos y hermanas ucranianos que tanto sufren" y no olvidar a la "atormentada Ucrania".