Dos mujeres disputarán por primera vez la presidencia de México en 2024, luego de que la ex alcaldesa capitalina Claudia Sheinbaum fue proclamada el miércoles candidata del oficialismo de izquierda para enfrentar a la opositora Xóchitl Gálvez.
Sheinbaum, una científica de 61 años, fue la más votada en un proceso de encuestas del partido Morena, cuyos resultados anunciaron el miércoles, entre el júbilo de sus simpatizantes que gritaron "¡presidenta, presidenta!".
Favorita desde el inicio de la campaña, se enfrentará el próximo 2 de junio a Xóchitl Gálvez, senadora y empresaria de origen indígena de 60 años, quien el domingo pasado fue ungida como aspirante de una coalición de partidos opositores.
Por ahora, sin un tercer candidato en el horizonte,
será la primera vez que dos mujeres disputen la presidencia de este país azotado por la violencia del narcotráfico, una plaga de femicidios y con larga tradición machista.
En promedio diez mujeres son asesinadas diariamente en México, principal socio comercial de Estados Unidos y segunda economía latinoamericana después de Brasil, según datos oficiales.
"Hija del 68" vs "liberal progresista"
El duelo entre Sheinbaum y Gálvez para suceder a Andrés Manuel López Obrador promete ser un choque de orígenes, personalidades y estilos.
De abuelos judíos provenientes de Europa, Sheinbaum exhibe un talante reservado y prudente. Sin carisma, según sus adversarios.
"Soy hija del 68", dice la exalcaldesa, quien reivindica la herencia de las luchas sociales y no haber pertenecido jamás al PRI, el viejo partido hegemónico durante 70 años en el siglo XX.
Procedente de la burguesía intelectual capitalina, Sheinbaum promete continuar las políticas de López Obrador, cuya popularidad ronda 60% pero limitado a un único mandato de seis años, según la Constitución.
Afirma que defenderá a los más pobres, incluyendo a las comunidades indígenas, y celebra los buenos resultados macroeconómicos del actual gobierno.
Por su parte, Gálvez, a menudo vestida con prendas de tradición indígena, es originaria de un pueblo del central estado de Hidalgo.
Xóchitl (flor en idioma náhuatl) nació en una familia pobre, de padre indígena otomí y madre mestiza.
Ingeniera y emprendedora exitosa, Gálvez no duda en salpicar sus discursos de palabrotas.
"Mi regla de oro: no quiero rateros, ni huevones (flojos), ni pendejos", repitió el lunes en entrevista con la AFP. Afirma también que combatirá la violencia con "ovarios".
Duelo
Gálvez retó además a Sheinbaum a hacer campaña por sí misma, sin ayuda del Presidente, a quien le atribuyen un favoritismo por la ex alcaldesa.
"Ella (Sheinbaum) puede sola, que le diga: (...) 'usted dedíquese a gobernar y déjeme ser la candidata'", dijo a la AFP.
Gálvez se declara liberal y progresista, sintetizando el ideario de los tres partidos que la respaldan: el liberalismo económico del derechista PAN, el ideal de justicia social del izquierdista PRD y la herencia institucional del PRI.
"Conmigo, no habrá vuelta atrás a los derechos ganados, tanto de la comunidad LGBTQ+ y de las mujeres", prometió.
El aborto fue despenalizado por completo este miércoles por la Suprema Corte de Justicia, mientras el matrimonio igualitario es legal en los 32 estados.
Combativa, Xóchitl cree que puede recuperar terreno después de haber despertado y unificado a la oposición en apenas dos meses de campaña.