El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se enfrentó este miércoles directamente a Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde calificó la invasión de Moscú de "criminal" e instó a poner fin a su derecho de veto.
Ataviado con el uniforme militar que se ha convertido en su seña de identidad, Zelenski se sentó por primera vez desde la invasión de febrero de 2022 en la misma sala de la ONU que el representante ruso, quien mostró más interés por su teléfono.
"La mayor parte del mundo reconoce la verdad sobre esta guerra", dijo Zelenski. "Es una agresión criminal y no provocada de Rusia contra nuestra nación con el objetivo de apoderarse del territorio y los recursos de Ucrania".
Zelenski urgió a la ONU a que vote para despojar a Rusia de su poder de veto en el Consejo de Seguridad.
Dijo que podría ser parte de una reforma vital más amplia para permitir la entrada de países del sur, donde el apoyo a Ucrania ha sido tibio.
"El poder de veto en manos del agresor es lo que ha llevado a la ONU a un punto muerto", aseguró Zelenski.
"Es imposible detener la guerra porque todos los esfuerzos son vetados por el agresor o por aquellos que aprueban al agresor", afirmó.
Zelenski repitió la postura ucraniana de que el poder de veto pertenecía a la antigua Unión Soviética -uno de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial tras la cual nació la ONU- y no a la Rusia del presidente Vladimir Putin.
"Por desgracia, este asiento en el Consejo de Seguridad, que Rusia ocupa ilegalmente mediante manipulaciones entre bastidores tras el colapso de la Unión Soviética, ha sido ocupado por mentirosos cuyo trabajo consiste en encubrir la agresión y el genocidio", declaró Zelenski.
Protestas de Rusia
No resultará fácil despojar del poder de veto a Rusia, aunque la Asamblea General de la ONU retiró en 1971 el de Taiwán, que ostentaba como representante de China, cediéndolo en su lugar al gobierno comunista de Pekín.
El jefe de la diplomacia ruso, Sergéi Lavrov, que llegó al Consejo de Seguridad una vez que Zelenski se había ido, se burló de la idea de poner fin al veto ruso y lo describió como una forma de frenar el poder occidental.
"El recurso al veto es una herramienta absolutamente legítima recogida en la Carta (de la ONU)", dijo Lavrov.
Lavrov denunció a Zelenski, que pretende recuperar todo el territorio ocupado por Rusia en su país, por no negociar y pidió la intervención de su homólogo estadounidense, que miraba a Lavrov mientras hablaba.
Dirigiéndose a Antony Blinken, Lavrov dijo: "No creo que sea muy difícil dar una orden para que Zelenski levante el decreto" que prohíbe las negociaciones.
Blinken, que se había reunido con Lavrov antes de la guerra para advertirle contra una invasión, ha evitado reunirse con él desde entonces. Tampoco tenían previsto reunirse en Nueva York.
Tensiones desde el inicio
Antes de que Zelenski tomara la palabra, Rusia cuestionó que le dejaran hablar en primer lugar, decisión que tomó Edi Rama, primer ministro de Albania, que ostenta la presidencia temporal del Consejo de Seguridad.
El embajador ruso, Vassily Nebenzia, que pidió la palabra en repetidas ocasiones, dijo a Rama que dejar que Zelenski, un antiguo cómico, compareciera en primer lugar corría el riesgo de "socavar la autoridad del Consejo de Seguridad" y convertirlo en "un monólogo unipersonal".
Rama respondió con calma pero con creciente enfado al enviado ruso: "Aquí hay una solución: usted detiene la guerra y el presidente Zelenski no tomará la palabra".
El secretario general, Antonio Guterres, que abrió la sesión, criticó duramente a Rusia.
"La invasión rusa de Ucrania, en clara violación de la Carta de las Naciones Unidas y del derecho internacional, está agravando las tensiones y divisiones geopolíticas, amenazando la estabilidad regional, aumentando la amenaza nuclear y creando profundas fisuras en nuestro mundo cada vez más multipolar", dijo Guterres.
Putin, que no suele viajar a la ONU, tampoco estuvo este año. Además de enfrentarse a una orden de detención emitida por el Tribunal Penal Internacional, ha evitado participar en reuniones de alto nivel, donde los países occidentales tratan de aislarle.
En su intervención ante la Asamblea General el martes, Zelenski afirmó que las deportaciones de niños ucranianos a Rusia -que desencadenaron la orden de detención contra Putin- son un "genocidio".
También advirtió que la guerra afecta a todo el mundo, pues Rusia utiliza los alimentos y la energía como "arma", como lo demuestra la suspensión del acuerdo respaldado por la ONU que permitía a Ucrania exportar cereales de forma segura a través del mar Negro.
Algunos países en desarrollo han criticado la atención prestada a Ucrania, que ha recibido unos 43.000 millones de dólares en ayuda militar sólo de Estados Unidos.