Lo que partió como un caso policial en Canadá generó una crisis diplomática de proporciones con expulsiones mutuas de diplomáticos y bloqueos de visados inclusive. El asesinato del líder sij
Hardeep Singh Nijjar, ocurrido en junio pasado en el país norteamericano, despertó una serie de dudas y acusaciones contra India por su supuesto rol en este crimen, desatando la ira de Nueva Delhi.
La crisis escaló el lunes con la intervención del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ante el Parlamento en Ottawa, donde remarcó que hay "elementos creíbles" que sugieren que India pudo ser responsable del asesinato de Singh Nijiar, activista favorable a la creación de un estado sij, conocido como Jalistán, quien contaba con la nacionalidad canadiense y era buscado por las autoridades indias por presuntos actos de terrorismo y conspiración para cometer asesinatos, cargos que él siempre negó.
El movimiento en favor de una patria sij independiente comenzó como una insurgencia en el estado indio de
Punjab en la década de 1970, protagonizando en las dos décadas posteriores un violento conflicto con las fuerzas gubernamentales que causó miles de muertos. Desde entonces, el movimiento ha perdido gran parte de su poder político, pero sigue contando con apoyos en Punjab -que tiene casi el 60% de población sij y alrededor del 40 hindú%- y entre la considerable diáspora sij en el extranjero.
De hecho, cuando fue asesinado el pasado 18 de junio en el suburbio de Surrey, en Vancouver, Nijjar estaba organizado un referéndum no oficial entre la diáspora sij sobre la independencia de India. El activista negaba los cargos de terrorismo atribuidos por Nueva Delhi.
Con estos y otros antecedentes, Trudeau remarcó que "la participación de cualquier gobierno extranjero en el asesinato de un ciudadano canadiense en suelo canadiense constituye una violación inaceptable de nuestra soberanía".
Esto, claramente, desató la ira de India, que calificó de "absurdas" estas acusaciones, negando "cualquier acto de violencia en Canadá". "Somos un Estado democrático con un fuerte compromiso con el estado de derecho", subrayó el ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado.
"Tienen como objetivo desviar la atención de los terroristas y extremistas jalistaníes, que han encontrado refugio en Canadá y continúan amenazando la soberanía y la integridad territorial de India", añadió la Cancillería.
India lamenta con frecuencia la actividad de la diáspora sij en el extranjero, especialmente en Canadá, que según el Gobierno podría revivir el movimiento separatista gracias a ayuda financiera.
Medidas
Tras las acusaciones de Trudeau, ambos países involucrados han tomado diversas medidas que han acrecentado la crisis diplomática. Así, el lunes la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, anunció la expulsión del jefe de la agencia de inteligencia india en el país norteamericano (RAW).
"Las acusaciones de que un representante de un gobierno extranjero puede haber estado involucrado en el asesinato de un ciudadano canadiense aquí en Canadá, en suelo canadiense, no solo son preocupantes, sino que son completamente inaceptables", dijo la ministra.
Esto se suma a otras medidas, como la suspensión de las negociaciones para un acuerdo de libre comercio con India y la cancelación por parte del ministro de Comercio canadiense de un viaje previsto al país asiático en octubre.
Ante esto, India respondió con reciprocidad y ordenó a un diplomático canadiense salir del país en un plazo de cinco días. Dos días después, el miércoles, el Gobierno instó a sus ciudadanos a evitar viajar a algunas zonas de Canadá a causa de los "crímenes de odio y de la violencia criminal políticamente tolerados" en el país, denunciando "amenazas contra diplomáticos indios y sectores de la comunidad india que se oponen a la agenda anti-India".
Asimismo, el centro de tramitación de visas de India en Canadá suspendió sus servicios el jueves "hasta nuevo aviso", sumando un nuevo punto de conflicto. "Por el momento, debido a la situación de seguridad en Canadá y a la inacción del gobierno canadiense, hemos detenido temporalmente los servicios de visado", declaró el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, Arindam Bagchi.
Del mismo modo, desde Nueva Delhi pidieron a Ottawa reducir el número de diplomáticos en el país asiático.
¿Cómo llegó Canadá a esta conclusión?
Ante tamaña crisis diplomática, Trudeau debería tener información muy confiable para culpar directamente a India del asesinato de Hardeep Singh Nijjar. Al menos eso dicen desde Canadá, según comentaron desde el país norteamericano a la agencia AP.
De acuerdo con un funcionario canadiense, los investigadores lograron captar conversaciones clave gracias a la vigilancia de funcionarios y diplomáticos indios que se encontraban en el país norteamericano. A eso se sumó la información de inteligencia fue proporcionada por un miembro de la alianza de inteligencia "Cinco Ojos", conformada por Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda y Canadá.
La fuente, que habló bajo condición de anonimato debido a que no estaba autorizada para discutir el asunto de manera pública, no dijo qué aliado proporcionó la información de inteligencia ni brindó detalles específicos sobre qué contenían las comunicaciones ni cómo se obtuvieron.
De momento, Canadá no ha proporcionado alguna prueba que respalde las acusaciones de Trudeau, y el embajador canadiense ante la ONU, Bob Rae, señaló el jueves que es probable que eso no suceda pronto. "Estamos en las primeras fases", comentó a los reporteros en las Naciones Unidas, e insistió que si bien los hechos saldrán a la luz, deben "producirse en la búsqueda de la justicia".
"Esto es lo que llamamos estado de derecho en Canadá", señaló.
Casi nulo apoyo internacional
Una cosa cierta es que, al menos en la comunidad internacional, hay cautela. De momento, ninguno de los aliados de Canadá en "Los Cinco Ojos" se ha hecho eco de las acusaciones de Trudeau. De acuerdo con AP, estos países han expresado su preocupación y exigido investigaciones exhaustivas, pero "ninguno ha dado un paso al frente para condenar a India por su supuesta participación" en el homicidio de Singh Nijjar.
Una de las razones para mostrar esta cautela, afirma la citada agencia, es la prioridad de los aliados en reforzar los lazos con India como un contrapeso al creciente poder y asertividad de China en el planeta. India ya no es un país más de Asia, es una potencia global que ha crecido ostensiblemente de la mano de su primer ministro, Narendra Modi, con más de 1.400 millones de habitantes y una de las mayores fuerzas armadas del planeta.
"Creo que Australia, Estados Unidos y Gran Bretaña hicieron más o menos lo que se preveía", dijo a AP Janice Stein, politóloga de la Escuela Munk de Asuntos Globales de Toronto.
Sushant Singh, investigador sénior del Centre for Policy Research -un centro de investigación de políticas públicas con sede en Nueva Delhi-, coincidió: "Mientras Occidente necesite a India para contrarrestar a China, probablemente se va a hacer de la vista gorda".
Las acusaciones del Gobierno canadiense son especialmente incómodas ahora para Reino Unido, que intenta concretar un acuerdo de libre comercio con India. "Se trata de acusaciones graves. Es correcto que las autoridades canadienses las investiguen", declaró Max Blain, portavoz del primer ministro británico Rishi Sunak.
En las últimas semanas, Trudeau habló del asesinato con Sunak y con el presidente estadounidense Joe Biden, según la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Mélanie Joy.
Cuando se le preguntó el jueves acerca del escaso respaldo de los aliados, Trudeau respondió: "No hay duda de que India es un país de creciente importancia y con el que debemos seguir trabajando, no sólo en la región, sino en todo el mundo".
Sin embargo, el mandatario agregó: "No pretendemos provocar ni causar problemas, pero somos categóricos en lo que respecta a la importancia del estado de Derecho y la importancia de proteger a los canadienses".