El Consejo de ministros de Italia aprobó este viernes un proyecto de ley de reforma constitucional con el que quiere introducir la elección directa del primer ministro por parte de los electores, con el objetivo de evitar continuos cambios de Ejecutivo o gobiernos tecnócratas, pero que cuenta con el parecer contrario de la oposición.
Al ser una reforma de la Constitución y en el caso de no contar con la aprobación de los dos tercios del Parlamento, para ser ratificada tendrá que hacerse un referéndum popular, algo que se hará si es necesario, según confirmó ya hoy la primera ministra, Giorgia Meloni, en una rueda de prensa, al afirmar que "la palabra pasará a los italianos".
"Nuestro objetivo es garantizar que quien sea elegido por el pueblo pueda gobernar durante una legislatura", dijo Meloni, que la calificó como "la madre de todas las reformas que se pueden hacer en Italia" y añadió que es la única manera de que quien es "elegido en las urnas pueda tener una legislatura entera en el horizonte y llevar a cabo su proyecto y garantizar la estabilidad".
Meloni subrayó que en los últimos años Italia ha tenido 9 primeros ministros y 12 gobiernos. "O los políticos italianos son peores que los franceses o alemanes, que no creo, o es el sistema el que está mal", agregó.
Detalló que la reforma, que cambia cuatro artículos de la Constitución, incluye una norma por la que en caso de dimisión o moción de censura a un primer ministro, un parlamentario de la mayoría puede ocupar el cargo superando el voto de confianza y esto se puede hacer sólo una vez.
"Estoy muy orgullosa de esta reforma y espero que haya un gran apoyo del Parlamento o serán los italianos con el referéndum los que decidirán. Nosotros hemos hecho lo que habíamos prometido hacer", agregó y afirmó que se tiene la ocasión histórica de llevar al país a "la Tercera República".
También se elimina el nombramiento de senadores vitalicios, aunque se mantienen los actuales y los expresidentes de la República.
El Gobierno de Giorgia Meloni tiene una amplia mayoría en el Parlamento, pero no llega a los dos tercios y todos los partidos de la oposición, excepto Italia Viva, han expresado su oposición a la reforma.
Actualmente, los italianos votan a los partidos políticos o las coaliciones, quienes posteriormente según los resultados proponen el nombre del posible primer ministro al presidente de la República que es quien lo acepta y luego debe someterse a un voto de investidura en el Parlamento.
El "premierato", como ha sido bautizada, quiere obligar a que el primer ministro del país sea elegido directamente por los electores para, explican, evitar la inestabilidad de los 68 gobiernos en 70 años o casos como los ejecutivos guiados por figuras como Giuseppe Conte, un jurista que en 2018 llegó al Gobierno sin haberse presentado a las elecciones apoyado por la coalición entre el Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la Liga de Salvini.
O Ejecutivos encargados a "técnicos" por el jefe del Estado en momentos agitados, como el economista Mario Monti en 2011, para capear la crisis económica tras la caída de Silvio Berlusconi, o más recientemente, entre 2021 y 2022, del ex presidente del Banco Central Europeo Mario Draghi, en plena pandemia del coronavirus.
"Se acabaron así los Gobiernos tecnócratas o los Ejecutivos arco iris (en referencia a las diferentes alianzas posteriores a las elecciones)", sentenció Meloni
La oposición de centroizquierda ha recibido con ciertas dudas esta propuesta porque creen que amenaza con minar las competencias del jefe del Estado.
A lo que Meloni responde que el Presidente de la República "se considera de absoluta garantía" y que la reforma no toca sus competencias.
La secretaria del Partido Demócrata, Elly Schlein, ya había adelantado que no apoyará el proyecto de ley mientras que desde el partido +Europa, Riccardo Magi, lo ha calificado de "espantoso" y ha acusado a Meloni de querer "transformar Italia en la Hungría de Viktor Orban".