Una gigantesca bandera de
Guyana ondea en la zona del
Esequibo, territorio reclamado por Venezuela y rico en petróleo que desde hace décadas ha sido objeto de una disputa que en las últimas semanas ha ido escalando, al punto de que activistas y la comunidad internacional teman que la situación incluso llegue a las armas.
La zona en disputa comprende un territorio de
160.000 kilómetros cuadrados rico en petróleo y recursos naturales, en el que Guyana plantea establecer bases militares con apoyo extranjero. Venezuela, por su parte, reclama el lugar como propio y llamó a un
referendo para el próximo domingo donde preguntará a sus ciudadanos si apoyan otorgar la nacionalidad a los 125.000 habitantes de la región y crear una nueva provincia venezolana llamada
"Guayana Esequiba".
Esto último aumentó las tensiones en la zona. Ambos países están atentos a lo que haga la contraparte, mientras la comunidad internacional aboga por acudir a las instancias pertinentes y resolver de forma pacífica el conflicto. Pero ninguna de las partes quiere dar su brazo a tocer.
En qué consiste la disputa
Para entender la disputa hay que remontarse a los tiempos de la colonia, cuando Países Bajos entregó al Reino Unido sus derechos sobre lo que hoy es Guyana y Surinam, pero en el acuerdo no quedaron claro algunos límites fronterizos. Es por ello que, por encargo de los británicos, el explorador alemán Robert Schomburgk trazó entre 1835 y 1840 líneas territoriales para definir los límites que, según Venezuela, estaban establecidos desde la creación de la Capitanía General y las provincias.
Caracas siempre ha apelado al principio del uti possidetis iuris, que en derecho internacional se refiere al dominio que los Estados tienen sobre territorios que históricamente les pertenecen, y, en ese sentido, argumenta que el Esequibo es venezolano porque fue una provincia de la Capitanía General creada en 1777.
Así, el primer reclamo formal de Venezuela ocurrió en
1841, solicitando la ayuda de Estados Unidos invocando la doctrina Monroe. Esto llevó a la concreción de un arbitraje que se conoció como el
Laudo Arbitral de París de 1899, el cual concluyó con una sentencia que le otorgó el territorio a Reino Unido.
Seis décadas más tarde, Venezuela denunció el fallo ante la ONU, tras el supuesto hallazgo de documentos que comprometían la veracidad del acuerdo. Como resultado de esa denuncia, Caracas y Londres firmaron un convenio el 17 de febrero de 1966, conocido como el Acuerdo de Ginebra a fin de encontrar una salida negociada a la disputa territorial. El acuerdo benefició a Guyana al independizarse tres meses más tarde, y con él se pretendía solventar la controversia mediante negociaciones que no dieron resultados.
La pugna se recrudeció en 2015 con el descubrimiento de yacimientos petroleros en la región y negociaciones de Guyana con el gigante energético estadounidense ExxonMobil para su explotación.
Con los ánimos caldeados, y tras infructuosas negociaciones mediadas por la ONU,
Guyana solicitó en 2018 la intervención de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para juzgar "la validez del laudo arbitral de 3 de octubre de 1899 -el Acuerdo de París- y la cuestión sobre el asentamiento definitivo de la frontera terrestre".
Y si bien Venezuela desconoce la jurisdicción del tribunal internacional, este último se declaró competente para resolver el caso.
El polémico referendo
La cuestión del Esequibo es una de las pocas cuestiones que unen al Gobierno de Nicolás Maduro con la oposición venezolana. En esa línea, el Ejecutivo llamó a un referendo para el próximo 3 de diciembre que comprende, entre otras cosas, crear una nueva provincia en la zona en disputa llamada "Guayana Esequiba".
La consulta contiene cinco preguntas. La primera refiere al laudo arbitral de 1899, que Venezuela considera nulo; mientras que la segunda pregunta es sobre el apoyo al Acuerdo de Ginebra, que según Caracas buscaba "una solución práctica y satisfactoria", de acuerdo con France 24.
Las otras preguntas son más polémicas: "¿Está usted de acuerdo con la posición histórica de Venezuela de no reconocer la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia para resolver la controversia territorial sobre la Guayana Esequiba? ¿Está usted de acuerdo en
oponerse, por todos los medios conforme al derecho, a la pretensión de Guyana de disponer unilateralmente de un mar pendiente por delimitar, de manera ilegal y en violación del Derecho Internacional?".
Y finalmente: "¿Está usted de acuerdo con la creación del estado Guayana Esequiba y que se desarrolle un plan acelerado para la atención integral a la población actual y futura de ese territorio que incluya, entre otros, el otorgamiento de la ciudadanía y cédula de identidad venezolana, conforme al Acuerdo de Ginebra y el derecho internacional, incorporando en consecuencia dicho estado en el mapa del territorio venezolano?".
"Estamos ahorita en la unión nacional por la recuperación de la Guayana Esequiba, para parar los abusos de la ExxonMobil, para parar los abusos del presidente de Guyana (...), títere provocador de la ExxonMobil, para parar los abusos que pretende el Comando Sur de los Estados Unidos", dijo Maduro el viernes.
La convocatoria, ciertamente, enfureció a las autoridades de Guyana, que solicitó una serie de medidas provisionales ante la CIJ para bloquear el referendo consultivo, al considerar que Venezuela no puede celebrar la consulta antes de que el tribunal se pronuncie sobre los temas de fondo de la demanda presentada en 2018. La respuesta a esta solicitud se conocerá este viernes.
"El Gobierno de Venezuela se enfrenta a elecciones pronto y le resulta difícil movilizar a la gente para que vote por el partido gobernante. Por lo tanto, están utilizando este referéndum como una distracción de sus problemas internos. La gente ha huido del hambre y las dificultades en Venezuela. El Gobierno allí no puede hacer campaña con el mismo vigor que ha hecho con este referéndum", cuestionó el vicepresidente de Guyana, Bharrat Jagdeo.
Posible conflicto armado
Así las cosas, la tensión ha encendido las alarmas de la comunidad internacional, que teme una escalada militar del conflicto. Señales las ha habido: en Guyana, el presidente Irfaan Ali anunció el viernes pasado que plantea establecer bases militares con apoyo extranjero. El mismo Mandatario, de hecho, visitó la zona en disputa y participó en el izado de una bandera junto a miembros del Ejército.
Esto, claramente, molestó a los venezolanos. "Veo por allá, en el territorio que estamos reclamando, a un Presidente uniformándose de campaña, de militar, lo vimos ayer también en una población llamada Kaikan, allí cerquitica de (la isla venezolana y base militar de) Anacoco en la frontera, provocando", manifestó el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López.
"Con esos estilos y esas formas de 'guapetón de barrio' no es que vamos a resolver este asunto, este diferendo, no es así", expresó Padrino. "Convocando al Comando Sur a establecer una base de operaciones en ese territorio, no es así, no es con esa arrogancia".
"Nunca hemos estado interesados en bases militares, pero tenemos que proteger nuestro interés nacional", dijo por su parte el vicepresidente Bharrat Jagdeo. "Hemos estado trabajando con nuestros aliados para garantizar un plan para todas las eventualidades", agregó.
Este intercambio de palabras y gestos encendió las alarmas. Según la ONG venezolana Control Ciudadano, el conflicto "de seguir así, terminará siendo armado". Para la directora de la agrupación, Rocío San Miguel, las acciones de Guyana representan una "advertencia muy firme para Venezuela".
"Se está complicando el escenario (...) va a una velocidad muy rápida y lo más peligroso para el Gobierno de Venezuela es que está entrando en una encerrona estratégica, es decir, va a exhibir un posible triunfo en el referendo, pero, ¿cómo lo va a aplicar frente a un país que tiene ya a su presidente a escasos metros de los estados (venezolanos) Bolívar y Delta Amacuro?", dijo la activista.
San Miguel aseguró que Guyana ya tiene "un despliegue operacional" en el sitio en pugna y que el apoyo manifiesto de los países de la Commonwealth, de la Comunidad del Caribe (Caricom) y otros socios externos debe alertar a Venezuela.
En tanto, desde la oficina del secretario general de la ONU, António Guterres, su portavoz Stéphane Dujarric afirmó que el funcionario sigue con preocupación el conflicto y "confía en la buena fe de ambas partes para impedir cualquier acción que agrave o prolongue la controversia".
Los días avanzan y Venezuela ya afirmó que se mantendrá con la idea firme del referendo. Habrá que ver si el conflicto escala.