Humberto Zepeda, padre de Nicolás.
AFP
La familia de Nicolás Zepeda cuestionó el fallo de la justicia francesa, que condenó al chileno a 28 años de cárcel por el asesinato premeditado de su ex novia, la japonesa Narumi Kurosaki, desaparecida desde 2016. El padre del acusado criticó la sentencia que, aseguró, está basada en un alegato sin pruebas contundentes.
"Es un día triste para la justicia francesa. Creemos que en este juicio, sin un acervo probatorio contundente, todo el mundo fue testigo de una condena a una persona inocente, se condenó a una persona inocente y se la condenó para ir en consuelo de otra familia", aseguró Humberto Zepeda, a la salida de la Corte de Apelaciones de Vesoul.
Luego de un juicio de apelación que se extendió por 13 jornadas, Zepeda padre aseguró que "pesó más la presión política y la presión mediática,
pesaron más que las pruebas que el fiscal pudo haber mostrado".
En esa línea, remarcó que "todavía, siete años después, el fiscal no sabe cómo, cuándo ni dónde falleció Narumi".
"Lo único que les puedo decir es que estamos plenamente convencidos como familia de que Nicolás es absolutamente inocente y este no va a ser el último día", cerró Humberto Zepeda, quien acompañó a su hijo durante todo el proceso en Francia.
Este jueves, la Corte de Apelaciones de Vesoul consideró a Nicolás Zepeda culpable del asesinato premeditado de su novia Narumi Kurosaki y lo condenó a 28 años de cárcel, misma pena impuesta por un tribunal de primera instancia el año pasado.
Además, deberá pagar una indemnización de 220.000 euros a la familia de Kurosaki (60.000 euros por cada uno de los padres y 50.000 por cada hermana), y 5.000 euros a Arthur Del Piccolo, el joven que era novio de Narumi en el momento de los hechos.
La corte acogió los argumentos de la fiscalía y los abogados querellantes, que aseguraron que el chileno planificó el asesinato de la joven japonesa, a quien fue a visitar a Francia dos meses después de haber terminado con su relación sentimental.
Según la acusación, Zepeda se apoderó además del celular de su ex novia y se hizo pasar por ella para enviar mensajes a sus allegados una vez muerta, retrasando el inicio de la búsqueda hasta su regreso a Chile el 13 de diciembre, de donde fue extraditado en 2020.