A pesar de las afirmaciones por parte de las agencias humanitarias de la ONU y varias ONGs, el ejército israelí negó que exista una hambruna en la Franja de Gaza.
En específico, el jefe del COGAT -organismo militar dentro del Ejército israelí que se ocupa de los asuntos civiles dentro de los territorios palestinos ocupados-, Elad Goren, afirmó tajantemente que "no hay hambruna en Gaza, punto".
En esta línea, Goren aseguró que, desde que comenzó la guerra, han entrado cerca de 130 camiones de ayuda humanitaria, los que llevan principalmente alimentos. Asegurando que el domingo entraron 250, lo que calificó como "la cifra más alta hasta ahora".
"Las cifras hablan por sí solas y se pueden ver las fotografías de la ayuda que entra en los propios medios palestinos", afirmó el jefe del COGAT.
Sin embargo, las agencias de la ONU -Organización Mundial de la Salud, Programa Mundial de Alimentos y UNICEF- alertaron la semana pasada del creciente número de gazatíes que se encuentran en riesgo de hambruna, demandando un flujo de entrada de ayuda "rápido y seguro".
A diferencia de Goren, las agencias aseguraron que "las cantidades de ayuda están muy por debajo de lo necesario para evitar una combinación mortal de hambre, desnutrición y enfermedad".
Por su parte, el jefe del COGAT explicó que, en estos momentos, la ONU no puede distribuir más de 200 o 250 camiones diarios, mientras que Israel está en condiciones de revisar y dar acceso a hasta 350 camiones diarios, por lo que instó a la organización a "hacer los ajustes logísticos necesarios para lograr que entren más camiones, porque eso significa más comida".
Goren indicó que, poco a poco, se va a permitir a empresas gazatíes importar alimentos dentro de la Franja, lo que aumentará los niveles de comida disponible, aunque no dio detalles sobre plazos o cantidades.
El establecimiento de un corredor humanitario marítimo desde Chipre a Gaza, o la importación de harina mediante el puerto israelí de Ashod son otras medidas que están sobre la mesa para aliviar la catástrofe humanitaria de Gaza, aunque aún no se han concretado.
Sobre la situación de hambruna en la Franja, relatores de la ONU llegaron a acusar a Israel la semana pasada de "progresivo genocidio", al denegar a la población gazatí el acceso a alimentos, agua y asistencia sanitaria.
"Israel no sólo está causando un daño irreparable con sus bombardeos indiscriminados, porque también está provocando enfermedades, malnutrición, deshidratación y hambruna mediante la destrucción de infraestructura civil", afirmaron los relatores.
En diciembre, la ONU elevó al máximo sus niveles de alerta por hambruna en Gaza y afirmó que casi 600.000 personas enfrentaban entonces niveles de hambre "catastróficos".