Este miércoles comenzó el primer paro laboral en el gobierno de Javier Milei. Se trata de múltiples manifestaciones contra el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que contiene más de 300 medidas para desregular la economía del país vecino.
Entre las propuestas, incluye una reforma laboral y la ley Ómnibus, las que han sido las principales motivaciones para llamar al paro por parte de la Confederación General del Trabajo (CGT).
Las manifestaciones levantaron las reacciones por parte del gobierno. La misma ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, expresó en su cuenta X, que se encontraba en contra del paro. "Sindicalistas mafiosos, gerentes de la pobreza, jueces cómplices y políticos corruptos, todos defendiendo sus privilegios, resistiendo el cambio que decidió la sociedad democráticamente y que lidera con determinación el presidente Javier Milei". Agregando que "no hay paro que nos detenga, no hay amenaza que nos amedrente".
Las críticas no quedaron ahí por parte de la ministra, la que apuntó contra el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, por confirmar su presencia en las manifestaciones. "Que el gobernador participe de una marcha, cuando ayer los diputados del Frente de Unión por la Patria tomaron una posición política me parece que no corresponde (...) El es un gobernador, y como gobernador tiene que hacer cumplir la ley, no violarla".
Por su parte, la ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, también se mostró reacia a las movilizaciones. "El paro no tiene justificación. Convocado por la oligarquía de millonarios con autos blindados y chófer, falsos representantes de los trabajadores, ratifica que estamos en el camino correcto. Las cosas se consiguen con esfuerzo, no llorando y pataleando. No les tenemos miedo", escribió en sus redes sociales.
La mayor sorpresa es la rapidez con la que la CGT convocó al paro: Apenas 45 días pasaron de que Milei asumiera como presidente del país vecino. Siendo la primera manifestación en años, ya que durante el gobierno de Alberto Fernández, no realizaron huelgas.
Sin embargo, la CGT no fue la única en mostrar su rechazo a las propuestas del gobierno. Sino que obtuvieron el apoyo del Sindicato de Camioneros, Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), el sindicato de Panadero, entre otros.
Frente al aviso de manifestaciones, el gobierno activó el plan "antipiquetes", protocolo que tiene como objetivo mantener el orden público ante el corte de vías de circulación.