Momento en el que se estrella el avión militar ruso.
AP
Un cruce de versiones se vive por el accidente registrado el miércoles del avión militar ruso, el que se estrelló en la región rusa de Bélgorod, frontera con Ucrania.
Las miradas son variadas: mientras Rusia acusa a Kiev de derribar el avión y de matar a 65 rehenes ucranianos que serían devueltos en la frontera, el gobierno de Zelenski asegura no tener indicios de que efectivamente viajaban en el avión los prisioneros. Sin embargo, no han negado su responsabilidad en cuanto a la caída del avión.
Fue el mismo Defensor del Pueblo ucraniano, Dmitró Lubinets, quien declaró que "no existen indicios que un número tan alto de personas fueran a bordo". Por su parte, el representante de la inteligencia militar ucraniana (GUR), Andrí Yusov, dijo tener constancia de que sólo cinco cuerpos ingresaron a la morgue de Bélgorod luego de la caída del avión. Además llamaron a no creer en las versiones rusas hasta que no exista claridad del asunto.
La situación ha escalado, y fue Rusia quien solicitó una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad, y catalogó el accidente como "un ataque terrorista", un "acto monstruoso". Expresando que "el hecho de que los ucranianos hayan matado a sus prisioneros, a sus ciudadanos, que debían volver a su casa en prácticamente 24 horas, es por supuesto un acto completamente monstruoso", declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Sin embargo, nada se puede concluir sin pruebas. Hoy, los equipos de rescate encontraron las cajas negras del avión militar ruso Il-76. "Según datos preliminares, el estado de ambas cajas negras permitirá su descifrado. Serán transportadas en un vuelo especial a un laboratorio del Ministerio de Defensa en Moscú, donde se procederá al análisis de su contenido", dijo un portavoz de emergencias a la agencia TASS.
Por su parte, los servicios especiales ucranianos (SBU) anunciaron hoy que abrirán una investigación sobre la situación. "La investigación se lleva a cabo en virtud del artículo 438 del Código Penal ucraniano (violación de las leyes y costumbres de la guerra)", declaró el SBU, un día después de que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, denunciase que los rusos "juegan" con la vida de los prisioneros ucranianos. "El SBU toma medidas para aclarar las circunstancias" de la catástrofe, añadió en un comunicado. De hecho, solicitaron que la ONU y la Cruz Roja accedieran al lugar del accidente.