El ex Presidente estadounidense
Donald Trump (2017-2021) ganó este jueves en los caucus republicanos de Nevada, que fueron diseñados a su medida y donde no se enfrentaba a ningún aspirante de peso, de acuerdo a las proyecciones de los diarios The New York Times y The Washington Post.
Los republicanos apostaron por dos modelos en Nevada: primarias el martes y hoy, jueves, unos caucus a los que
no se presentó su máxima rival a la nominación presidencial -la exgobernadora de EE.UU. ante la ONU, Nikki Haley- y en los que se reparten los 26 delegados asignados al conocido como Estado Plateado.
La victoria de Trump era tan previsible y abrumadora que, con el 1% escrutado, los medios de comunicación -equipados con tecnología para estimar resultados electorales- la hicieron oficial apenas una hora después del cierre de los colegios de votación de Nevada, previsto para las 19:00 horas locales (03:00 horas GMT del viernes).
Con dicha tasa de escrutinio,
el ex Mandatario estadounidense registró un 97,6% de los sufragios, mientras que Ryan Binkle, un pastor de Texas poco conocido, quedó en segundo lugar con un 2,4 %.
Así, Trump está a punto de hacerse definitivamente con la nominación republicana tras sus éxitos consecutivos en Iowa, Nuevo Hampshire y Nevada. Necesita 1.215 delegados para proclamarse oficialmente como candidato.
Haley, también exgobernadora de Carolina del Sur, había fracasado este martes en su intento de imponerse en las primarias republicanas del estado de Nevada, donde los votantes respaldaron la opción de 'ninguno de los candidatos' para afianzar a Trump.
Haley no podía competir tanto en las primarias como en los caucus porque el Partido Republicano estableció que los candidatos debían elegir entre uno u otro.
Durante décadas, Nevada celebró caucus. Sin embargo, como esas citas solían provocar cierto caos, los legisladores estatales aprobaron en 2021 una ley que abandonaba ese modelo de votación, utilizado también en Iowa, y establecía que las autoridades estatales debían organizar primarias cuando hubiera más de un candidato.
No obstante, esa ley de 2021 tenía un vacío legal: aunque fijaba que debía haber primarias, no especificaba cómo el Partido Republicano asignaría al ganador los 26 delegados de Nevada, que son quienes durante las convenciones de los partidos proclaman oficialmente al candidato tanto demócrata como republicano para las presidenciales.
Aprovechando esa laguna legal, Trump presionó al Partido Republicano de Nevada para que ignorara la ley estatal y siguiera con su tradición de 'caucus'.
"Parece que la única sorpresa aquí es el esfuerzo realizado para negar a Nikki Haley incluso una victoria moral cuando ella y su equipo sabían con mucha antelación que sólo importaba el caucus de Nevada", explicó a EFE David McCuan, profesor de la Universidad Estatal de Sonoma (California) y experto en política estadounidense.
Haley cada vez tiene más difícil aguantar en la carrera por la nominación republicana hasta, al menos, una última batalla en su estado natal, Carolina del Sur, el próximo 24 de febrero.
"Aunque Nikki Haley nunca ha perdido una votación estatal para un cargo en Carolina del Sur, su mejor esperanza ahora es reducir la ventaja de Trump a la mitad", vaticinó McCuan.
En Nevada, alrededor de 2,3 millones de votantes se registraron para sufragar. De este total, el 31% son demócratas, el 28% son republicanos y el 34% son independientes, según datos oficiales.
Se trata de uno de los conocidos como estados bisagra en los que los candidatos del Partido Republicano y del Partido Demócrata cuentan con un apoyo similar, por lo que son considerados claves para el resultado de las elecciones presidenciales.
En las últimas elecciones, Nevada cayó de lado demócrata por una ventaja de apenas el 3% de los votos.