Las tensiones entre
Israel y la
UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo), continúan aumentando tras la denuncia de túneles bajo la cede de Gaza y la petición por autoridades israelíes de
expulsar a la agencia del país.
La UNRWA es la principal organización de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza en medio de la crisis humanitaria tras el ataque de Hamás en suelo israelí el 7 de octubre del año pasado.
En medio del conflicto, un nuevo acontecimiento se dio esta semana luego de que el ejercito israelí afirmó haber encontrado un túnel en la sede de la UNRWA en Gaza, la agencia a su vez respondiendo que llevan meses sin ocupar el lugar.
Tras el descubrimiento de estos túneles, el ministro israelí de Relaciones Exteriores, Yisrael Katz, pidió la renuncia inmediata de Philippe Lazzarini, el comisionado general de la UNRWA.
Por otro lado, el ministro de Construcción y Vivienda, el ultraortodoxo Yitzchak Goldknopf, emitió una directiva para el desalojo de las oficinas de la UNRWA en Jerusalén este, territorio controlado por el Estado de Israel.
En una carta enviada a Yanky Quint, director de la Autoridad de Tierras de Israel -entidad controlada por su propio ministerio-, la autoridad ministerial israelí exigió "el cese inmediato de todos los compromisos contractuales con la UNRWA, ordenando su desalojo de tierras tanto arrendadas como utilizadas dentro de Israel".
Por otro lado, el ministro también calificó a la UNRWA como una "organización peligrosa que ha servido a los intereses de Hamás e incluso tomó parte en los brutales ataques del 7 de octubre".
A las críticas se sumó la embajadora de Israel ante la ONU en Ginebra, Meirav Eilon Shahar, quien aseguró que la UNRWA "perpetúa el conflicto" en Gaza tras ser durante años una "herramienta política de Hamás".
Además, Eilon comentó que la "UNRWA no es apta para la misión que se le encomendó: tiene terroristas en sus filas, túneles bajo sus oficinas principales, enseña discursos de odio en sus escuelas y perpetúa el conflicto".
Respondiendo a esta situación Lazzarini comentó que "después del cataclismo que azota la región de Gaza, puede ser el momento de encontrar una solución política real. Y sería un desastre deshacerse justo antes (...) de la agencia".
Denuncias y desfinanciamiento de la agencia
Esta denuncia se sumó a la acusación presentada por Israel de que la agencia está "totalmente infiltrada por Hamás", asegurando a su vez que algunos empleados estuvieron involucrados en el ataque del movimiento islamista.
Para aquella situación, la ONU comenzó una investigación interna y desvinculó a los empleados denunciados, pero de todas formas, diversos países decidieron cortar el aporte económico al organismo.
En total fueron más de una decena de países que congelaron su contribución económica, incluyendo a Estados Unidos, Alemana, Reino Unido, Canadá e Italia.
Tras lo ocurrido, el comisionado general comentó que "nuestra operación humanitaria, de la cual 2 millones de personas dependen en Gaza, está colapsando. Estoy sorprendido de que decisiones como estas se tomen basadas en el supuesto comportamiento de algunos individuos y, a medida que la guerra continúa, las necesidades crecen y la hambruna se acerca".
Por otro lado, este lunes, la UNRWA denunció la muerte de uno de sus trabajadores en Gaza por disparos del ejército israelí. El comisionado Lazzarini especificó que "en dos incidentes distintos, las fuerzas israelíes abrieron fuego contra una escuela de la UNRWA en Jan Yunes (suroeste). Como resultado, dos colegas de la UNRWA que estaban de servicio recibieron disparos y uno murió".
Lazzarini también afirmó que tras la guerra se hará una investigación sobre los túneles de Hamás, pero también sobre los ataques del ejercito israelí contra la población y las instalaciones de la ONU en Gaza.
Hasta ahora, la guerra en Gaza ha cobrado la vida de más de 28.000 palestinos, y la ofensiva israelí ya llegó a Rafah, la ciudad que contiene la mayor cantidad de refugiados.
