Indignación causó en
Ucrania la sugerencia del
papa Francisco de elegir "el coraje de la bandera blanca" y "negociar" para lograr el fin del conflicto con Rusia, que hace unas semanas cumplió dos años.
Sus palabras golpearon en Kiev, desde donde interpretaron este mensaje como un llamado a "rendirse" ante Moscú.
"Creo que es más fuerte quien ve la situación, quien piensa en el pueblo, quien tiene el valor de la bandera blanca, de negociar. Y hoy se puede negociar con la ayuda de las potencias internacionales. La palabra negociar es una palabra valiente", dijo el pontífice en entrevista a la Radio Televisión Suiza el sábado, recogiendo la expresión "bandera blanca" usada previamente por el entrevistador.
"Cuando ves que estás derrotado, que las cosas no van, debes tener el valor de negociar", añadió Francisco, asegurando que "negociar nunca es rendirse".
Pero estas palabras fueron interpretadas de otra forma por Ucrania. "Nuestra bandera es amarilla y azul. Esta es la bandera por la que vivimos, morimos y persistimos. Nunca izaremos ninguna otra bandera", escribió en X el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba.
El jefe de la diplomacia de Kiev instó a la Santa Sede a "no repetir los errores del pasado y a apoyar a Ucrania y a su pueblo en su justa lucha por sus vidas" y al mismo tiempo agradeció al papa sus constantes oraciones por la paz.
Por su parte, el Presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó en su discurso a la nación de anoche que quien debe parar para poner fin a la guerra es Rusia. "Si los asesinos y torturadores rusos no avanzan hacia Europa es sólo porque les paran ucranianos con armas en la mano bajo la bandera azul y amarilla", aseguró.
El jefe de Estado ucraniano agregó que "en Ucrania había muchas paredes blancas de casas y de iglesias que ahora están quemadas y destrozadas por los proyectiles rusos. Y esto habla de forma muy elocuente sobre quién debe parar para que acabe la guerra".
Las palabras de Francisco también generaron la reacción del Consejo de Iglesias y Organizaciones Religiosas de Ucrania, que agrupa a los líderes de todos los credos del país. "Declaramos de forma categórica que nadie podrá forzar a nuestro pueblo a rendirse", indicó la organización en un comunicado.
El texto añade que "rendirse a la merced del enemigo" no es sinónimo de "paz" sino de "la victoria de la esclavitud sobre la libertad, de la oscuridad sobre la luz y de la supremacía del derecho del más fuerte sobre la fuerza de la ley".
Los líderes religiosos ucranianos advirtieron, además, que una capitulación ante Rusia traería más víctimas civiles ucranianas y "decenas y centenares de curas que predican los mandamientos de Dios torturados".
"Capitular ante el mal victorioso supone el colapso de la idea universal de justicia, y una traición a las enseñanzas fundamentales que nos han transmitido las grandes tradiciones espirituales", dice también el comunicado.
Tras publicarse la entrevista, la Santa Sede matizó que el papa no habla de rendición sino de negociación, según el portavoz vaticano, Matteo Bruni, citado por los medios italianos: "El papa utiliza el término bandera blanca, y responde tomando la imagen propuesta por el entrevistador, para indicar con ella el cese de las hostilidades, la tregua alcanzada con el valor de la negociación. En otro momento de la entrevista, hablando de otra situación de conflicto, pero refiriéndose a cualquier situación bélica, el papa afirma claramente: 'la negociación nunca es rendición'", dijo.
Respuesta de Europa
Las declaraciones del líder católico también repercutieron en el resto de Europa. La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, aseguró este lunes que nadie quiere más la paz en Ucrania que los propios ucranianos y que habrá paz en el momento en que el presidente ruso, Vladimir Putin, deponga las armas.
"He estado en siete ocasiones en Ucrania y cada vez hablé con la gente allí. Nadie anhela más la paz que los ucranianos. Todos sufren por esta guerra que les ha impuesto Putin: los niños, las mujeres, los hombres", recalcó en una rueda de prensa en Berlín con la cúpula de su partido, la conservadora Unión Demócrata cristiana (CDU).
"No puede ser una ocupación, no puede ser una opresión", añadió la política alemana, candidata por el Partido Popular Europeo (PPE) a un segundo mandato al frente de la CE. Y añadió: "Y sabemos perfectamente que puede haber un paso hacia la paz en el momento en que Putin deponga las armas".
Similar opinión tuvo el vocero de Relaciones Exteriores de la Comisión Europea, Peter Stano. "Más bien, la paz está en manos de un solo hombre, y ese es (el presidente ruso) Vladímir Putin. Continúa haciendo la guerra todos los días", afirmó.
Por su parte, la ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, dijo no entender las afirmaciones del papa Francisco y le sugirió que viaje a Ucrania para ver de primera mano lo que ocurre.
"Creo que algunas cosas sólo se pueden entender si las ve uno mismo", afirmó la jefa diplomática.
Qué dice Rusia
Desde Rusia, en tanto, intentaron aclarar las palabras del líder del Vaticano. "Entiendo que las palabras del pontífice tenían un contexto más amplio", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria este lunes.
El vocero agregó que el sentido del palabras del cabeza de la Iglesia católica es transparente, ya que "se pronunció a favor de las negociaciones".
"Ustedes saben que también Putin ha declarado en incontables ocasiones nuestra disposición a resolver nuestros problemas mediante negociaciones, y esta es la vía preferible", dijo Peskov.
Agregó que todos los llamados a entablar negociaciones "chocan con la negativa tajante del régimen de Kiev", que busca el apoyo de "muchos países europeos para seguir haciendo todo lo posible y condenar a Rusia a lo que consideran una derrota estratégica inevitable".
"Esto es una profundísima equivocación, un profundísimo error, y el desarrollo de los acontecimientos en primer lugar en el campo de batalla lo demuestra con suma claridad", aseguró el portavoz del Kremlin.