Al día siguiente de unas elecciones legislativas que pusieron fin a ocho años de poder socialista en Portugal, la centroderecha tendrá problemas para cumplir su promesa de formar gobierno sin el apoyo de la extrema derecha, que ha multiplicado por cuatro sus escaños en el Parlamento.
El nuevo ascenso del partido ultraderechista Chega (Basta) anunciado en los sondeos se confirmó en los comicios del domingo, cuya tasa de participación fue la más alta en casi tres décadas.
La formación antisistema fundada en 2019 por André Ventura
pasó de 12 a 48 diputados, con el 18% de los votos.
En las anteriores elecciones legislativas en 2022 ya se situó como tercera fuerza política. Ahora, su presidente dijo haber logrado el objetivo de convertirse en "la pieza clave del sistema político".
La Alianza Democrática (AD), de centroderecha, liderada por Luis Montenegro, logró una estrecha victoria por delante del Partido Socialista (PS), encabezado por Pedro Nuno Santos.
A falta del cómputo en las circunscripciones en el extranjero, la AD obtuvo 29,5% de los votos y 79 escaños de un total de 230. El PS consiguió 28,7% de los sufragios y 77 diputados.
Este resultado está por debajo de la mayoría y ni con el apoyo de un pequeño partido liberal, con ocho escaños, se llega a los 116 diputados necesarios.
"Teniendo en cuenta el reparto de los escaños, no cabe esperar una gran estabilidad", dice a AFP Filipa Raimundo, profesora de Ciencias Políticas del Instituto universitario de Lisboa ISCTE.
"Un país fracturado"
Hace dos años, el socialista Antonio Costa consiguió mayoría absoluta con 41,4% de los votos, pero su gobierno no resistió a su implicación en una investigación sobre tráfico de influencias contra su jefe de gabinete.
"El huracán Chega vuelca el país hacia la derecha", tituló el lunes el diario popular Correio da manha. El diario Jornal de Noticias resumía así la situación: "Una victoria frágil, un país fracturado".
"A partir de ahora, las fuerzas democráticas tendrán que ver la victoria de Chega como un fracaso que les pertenece", comentó en su editorial el diario de referencia Publico.
Tras los resultados, el líder de AD reivindicó una victoria "ineludible" y dijo querer gobernar con una "mayoría relativa".
Para ello, cuenta con la "responsabilidad" de los socialistas, a los que pidió no votar una posible moción de censura junto a Chega para hacer caer al futuro gobierno.
En Portugal, el ejecutivo no necesita un voto en el Parlamento para entrar en funciones.
El jefe de los socialistas aceptó su derrota y asumió el papel de líder de la oposición. Pero advirtió que no se sentía obligado a ceder ante el próximo presupuesto del Estado y abstenerse en su aprobación.
Esta será la prueba de fuego de la frágil situación de la centroderecha, atenazada entre la izquierda y la ultraderecha.
"El principal riesgo está relacionado con una parálisis parlamentaria y con un gobierno inestable", que podría verse confrontado a "importantes obstáculos", comentó la agencia canadiense de calificación DBRS.
El presidente portugués, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, empezará el martes la ronda de consultas con los partidos representados en el Parlamento, la etapa preliminar para designar al próximo primer ministro.
Montenegro pasará en último lugar, el 20 de marzo.