Isfahán, cuyos alrededores fueron objeto de un ataque realizado aparentemente por Israel, es la tercera ciudad más poblada de Irán y su principal destino turístico, además de albergar en sus cercanías la mayor central nuclear iraní, la de Natanz.
Isfahán (Sepahan), cuenta con una superficie de 250 kilómetros cuadrados, está situada en el centro de la meseta principal de Irán y su población supera los dos millones de habitantes.
Fue capital del Imperio Persa en el año 1047, bajo los selyúcidas, condición que perdió 180 años más tarde con la llegada de los mongoles y que recuperó en el reinado del rey safávida Abás I, principal impulsor de su embellecimiento y de las grandes obras que hoy la adornan.
La histórica ciudad, con un clima semiárido y templado y a orillas del río Zayandehroud, acoge dos lugares declarados Patrimonio de la Humanidad y un sinfín de legados artísticos y arquitectónicos islámicos.
Además de poseer uno de los mayores y más antiguos zocos del mundo, en la ciudad persa está la famosa mezquita Jameh, o del viernes, la mayor mezquita del país, empezada a construir en el siglo XXI y en la que se pueden observar 800 años de diseños islámicos, desde la exquisita geometría selyúcida hasta el barroquismo de los safavedíes.
La mezquita, junto a la denominada plaza central, Naqshe Yahan ("mapa del mundo", también llamada Plaza del Imán), que data de 1602, es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Imagen de la plaza Naqshe Yahan (Foto: AFP).
Esta plaza está considerada una de las mayores del mundo, con 510 metros de largo y 165 de ancho y está dominada precisamente por la Mezquita del Imán.
Isfahán, ciudad de artesanos a la que los iraníes consideran la capital cultural y arquitectónica del país, es también un importante polo industrial y alberga instalaciones militares, como el complejo Amir al Momenin, con centros de producción de municiones y misiles.
El puente Si-o-Se Pol (Foto: AFP).
En abril de 2023, Irán afirmó que repelió un ataque con un dron contra esta instalación militar y acusó a Israel de estar detrás del mismo.
Poco antes, en enero, el complejo militar había sufrido un intento de ataque similar con tres drones, y que, según el Ministerio de Defensa iraní, fue fallido.
Instalaciones nucleares
Cerca de Isfahán se encuentra la planta nuclear de Natanz, la principal de enriquecimiento de uranio del país con miles de centrifugadoras, de diferentes modelos y velocidades, para purificar uranio.
En Natanz ya se produjeron en el pasado algunos incidentes de sabotaje, atribuidos por Irán a Israel y sus aliados occidentales, como un gran ataque cibernético que en 2010 causó la destrucción de cientos de centrifugadoras.
La central de Natanz (Foto: EFE).
Ya en Isfahán mismo se encuentra el Centro Tecnológico Nuclear (ENTC, por sus siglas en inglés), construido a partir de 1970 -en ese entonces con la ayuda de Francia y que cuenta con siete instalaciones supervisadas por el OIEA, la agencia nuclear de Naciones Unidas.
Una de ellas es la planta de conversión de uranio, lanzada en 1999 con diseño chino y que empezó su producción en 2005. En esta planta se convierte óxido de uranio (U3O8) en hexafluoruro de uranio (UF6), la sustancia que más adelante es introducida en centrifugadoras de gas para enriquecer uranio. El uranio enriquecido entre el 2% y 4 % se usa sobre todo para fabricar combustibles nucleares. Niveles de pureza más elevados tienen aplicaciones médicas y a partir del 90 % sobre todo militares.
Por otro lado está la planta de producción de combustible (FMP, en sus siglas en inglés), que fue construida a partir de 2004, con la intención de fabricar combustible para el reactor de agua pesada IR-40 de Arak y también para la planta nuclear de Busher, en el sur de Irán. En el marco del acuerdo nuclear de 2015, conocido como JCPOA, las actividades en Arak se encuentran suspendidas, por lo que el combustible de FMP se destina al reactor científico de agua pesada de Khondab, unos 350 kilómetros al noroeste de Isfahán.
También está l
a fábrica de producción de placas de combustible (FPFP, en sus siglas en inglés), que produce los elementos para que el combustible nuclear pueda ser introducido en su lugar de destino. Para ello se reconvierte el UF6, enriquecido al 20 %, nuevamente en "yellow cake" (U3O8), que luego es usado en placas de combustible, para el Reactor Científico de Teherán.
En este recinto también se encuentra la planta para enriquecer polvo UO2, que según el OIEA lleva las siglas inglesas de EUPP. Esta instalación convierte el UF6 enriquecido hasta el 5% U-235 (o sea, uranio poco enriquecido) en polvo de óxido de uranio (UO2), un material que se puede usar como combustible nuclear, también en combinación con dióxido de plutonio.
Finmalmente, el ENTC alberga tres pequeños reactores científicos, entre ellos, un reactor de investigación miniatura fuente de neutrones (MNSR), de fabricación china y que funciona con uranio enriquecido al 90 %. Reactores de este tipo se usan para el análisis de activación de neutrones, un proceso nuclear para determinar las concentraciones de elementos en materiales. Los inspectores del OIEA supervisan otros dos reactores del ENTC, uno de agua pesada que funciona con combustible de uranio natural y otro reactor subcrítico de agua ligera, que usa para formación científica.
Si bien el OIEA y su director general, el argentino Rafael Mariano Grossi, confirmaron hoy que no se produjo ningún ataque directo contra alguna instalación atómica en Isfahán, la mera presencia de estos sitios cerca de las explosiones causó gran preocupación internacional.