Los herederos del antiguo brazo político de ETA llegaron este domingo en cabeza en las elecciones en el País Vasco con un espectacular avance, aunque parece poco probable que el juego de alianzas parlamentarias le permita gobernar en esta próspera región del norte de España.
Con más del 98,5% de los votos escrutados, la coalición independentista de izquierdas EH Bildu -cuya formación hegemónica, Sortu, es la heredera de la antigua vitrina política de ETA- logró 27 de los 75 escaños en juego, empatando con el Partido Nacionalista Vasco (PNV), la fuerza nacionalista moderada que ha dominado la política vasca desde las primeras elecciones en democracia, en 1980.
EH Bildu ganó seis escaños respecto al anterior Parlamento, mientras que el PNV perdió cuatro.
En número de votos, sin embargo, el PNV logró casi 30.000 más.
El escenario más probable es que los socialistas del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, brinden sus 12 diputados al PNV para volver a gobernar, como ha ocurrido en diversas ocasiones.
EH Bildu hizo valer sus posturas más progresistas en temas económicos y sociales entre unos jóvenes que no conocieron a ETA, una organización terrorista fundada en 1958 que mató a más de 850 personas durante más de cuatro décadas hasta que abandonó la lucha armada en 2011.
Los socialistas, árbitros
Con el empate en diputados, corresponde a los socialistas de Pedro Sánchez elegir entre dos partidos sin cuyo apoyo no podría gobernar, a riesgo de defraudar a uno u otro.
De todos modos, según Federico Santi, analista de la consultora Eurasia Group, "es poco probable que el resultado de las elecciones vascas amenace la estabilidad del Gobierno nacional".
La antigua relación de una parte de EH Bildu con ETA -su secretario general,
Arnaldo Otegi, fue condenado como miembro de la organización- hizo ya que los socialistas vascos aseguraran que no les ayudarán a formar gobierno.
"Condenar el terrorismo es una deuda pendiente que tiene con la sociedad vasca y, en tanto cuanto no lo hagan", el Partido Socialista Vasco "no va a cerrar ningún tipo de acuerdo con EH Bildu", afirmó el candidato socialista a presidir el gobierno vasco, Eneko Andueza, en una entrevista en la radio pública RNE.
La deuda de Pedro Sánchez con EH Bildu por ayudarle a gobernar podría estar saldada, al haberle facilitado la alcaldía de la ciudad de Pamplona, capital de Navarra, una región vecina que los independentistas consideran parte del territorio histórico del País Vasco.
ETA ha ocupado una parte de la campaña después de que el candidato de EH Bildu rechazara tildarla de "terrorista".
Si Bildu ganaba y se convertía en la primera fuerza parlamentaria, "no va a gobernar", porque "ningún partido va a pactar con Bildu", estimó Pablo Simón, politólogo de la Universidad Carlos III de Madrid.
Una región próspera
Unos 1,8 millones de electores -de una población total de 2,2 millones- estaban invitados a las urnas para elegir a los 75 diputados del Parlamento vasco.
El País Vasco tiene, después de Madrid, la renta per cápita más alta de España, con un promedio de casi 36.000 euros (38.500 dólares) anuales por habitante. La región aporta el 5,9% del Producto Interior Bruto (PIB) de España (la que más, la región de Madrid, aporta el 19,4%), según datos de Caixabank Research.
Asimismo, es la región con el desempleo más bajo del país (7,9%), según datos del gobierno vasco.
La emergencia del nacionalismo vasco en la segunda mitad del siglo XIX coincide con la llegada de miles y miles de españoles de otros lugares atraídos por la revolución industrial. Su gran teorizador fue Sabino Arana, fundador del PNV en 1895.
De una escisión de las juventudes del PNV provenían los jóvenes que, a finales de los años 1950, en plena dictadura franquista (1939-1975), fundaron ETA, que mató por primera vez en 1968, a un inspector de policía.
