El partido del primer ministro Narendra Modi y sus aliados se perfilan este martes como ganadores de las elecciones legislativas en India, pero reducen su mayoría parlamentaria y la principal formación de la oposición sale reforzada.
Aunque los analistas y los sondeos a boca de urna presagiaban una victoria holgada de Modi y su partido, todo parece indicar que el Bharatiya Janata Party (BJP, Partido Popular Indio) y sus aliados no lograrán ese resultado aplastante y tendrán que apoyarse en sus socios de alianza, según cifras de la comisión electoral.
Con más del 95% de los votos escrutados,
el BJP obtiene 36,9% de los sufragios, algo por debajo de las últimas elecciones en 2019.
Modi fue reelecto en su circunscripción, la ciudad sagrada del hinduismo Varanasi, también conocida como Benarés. Es la tercera vez que gana y esta vez obtuvo 152.000 votos más que el segundo candidato.
En total, el BJP logra 240 escaños y sus aliados otros 52, lo que lo ubica con 292, veinte por arriba de la mayoría absoluta de 272 diputados en la cámara de 543 curules.
El principal partido opositor, el Congreso Nacional Indio, (que ungió a Nehru, el primer ministro después de la independencia y a Indira Gandhi), parece encaminado a casi duplicar su número de escaños con 98 legisladores, frente a los 52 en el Parlamento saliente.
"Castigado"
"Los votantes castigaron al BJP", dijo el líder del Congreso Nacional Indio, Rahul Gandhi, quien fue reelecto en su circunscripción de Wayanad, en el sur. "Estaba seguro que la gente de este país iba a dar la buena respuesta".
Después de una década promoviendo su agenda nacionalista hindú, Modi, de 73 años, se dirige hacia un tercer mandato a pesar de las acusaciones de la oposición y las inquietudes por los derechos de las minorías religiosas.
Un total de 642 millones de personas participaron en estos comicios divididos en siete fases a lo largo de seis semanas, ante el desafío logístico de organizar unas elecciones en la nación más poblada del mundo.
La caída en el apoyo al BJP y sus aliados repercutió en la bolsa india, con una baja de 7% en el índice referencial Sensex.
Las acciones de la unidad principal de la empresa Adani Enterprises, propiedad de un aliado clave de Modi, Gautam Adani, perdieron 25%.
El fin de semana, Modi, convencido de que iba a obtener un triunfo contundente, dijo que "la gente en India votó en números récord" a favor de su gobierno.
Sus opositores mejoraron su caudal electoral pese a que debieron enfrentar procesos judiciales que ellos denuncian como parte de una campaña política de Modi contra la disidencia.
Oposición presionada
El centro estadounidense de estudio Freedom House indicó que este año el BJP "usó cada vez más a las instituciones gubernamentales para atacar a sus rivales políticos".
Como ejemplo, los opositores citan el caso de Arvind Kejriwal, ministro principal de la capital, Nueva Delhi, detenido en marzo por un caso de corrupción, liberado en mayo para la campaña electoral y encarcelado de nuevo el domingo.
La política del primer ministro también despierta recelos en la minoría religiosa musulmana, con más de 200 millones de fieles, inquietos por su futuro en este país constitucionalmente secular.
Las elecciones representaron un desafío logístico en este enorme país, con innumerables urnas en megaciudades como Nueva Delhi y Bombay, pero también en zonas forestales aisladas y en la conflictiva región de Cachemira, a los pies del Himalaya.
Para facilitar el recuento, los electores votaron con máquinas de votación electrónica.
Las principales cadenas televisivas indias disponen de reporteros enfrente de cada centro que compiten para anunciar lo antes posible los 543 escaños de la Cámara Baja del Parlamento.
Aunque el jefe de la comisión electoral celebró un "récord mundial" de 642 millones de votos en los comicios, con una participación del 66,3%.