Luego de que el presidente boliviano,
Luis Arce, nombrara un nuevo Alto Mando de las Fuerzas Armadas,
los militares que se encontraban movilizados se replegaron y dejaron la Plaza Murillo, frente al Palacio Quemado de Gobierno.
Junto a ellos abandonó la plaza el general Juan José Zúñiga, quien lideró el intento de Golpe de Estado denunciado por el Ejecutivo boliviano. El general abordó su tanqueta y poco a poco se fue alejando del sector.
Los otros motorizados blindados militares que estaban presentas en el lugar también dejaron la plaza, tras la posesión de los nuevos comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas. También se sumaron las unidades de infantería.
Con esto, la presión comienza a bajar en la nación vecina, que vivió momentos de alta tensión este miércoles con el alzamiento de parte del grupo de militares que se tomaron la plaza y que incluso intentaron ingresar al Palacio de Gobierno.
Los amotinados exigían un nuevo gabinete y que se liberara a los "presos políticos" encerrados en cárceles por la crisis de 2019.
Sin embargo, el intento quedó aplacado con la asunción de los nuevos comandantes en Jefe, quienes apenas asumieron en sus cargos y juraron ante el presidente Arce llamaron a los militares a retornar inmediatamente a sus cuartales.
"El señor general Zúñiga ha sido un buen comandante y le pedimos que no deje sangre derramada de nuestros soldados. Eso no está bien", dijo el nuevo comandante en Jefe del Ejército, José Sánchez Velásquez.
"Vamos a cumplir lo que dice la norma, la Constitución política del Estado. Vamos a estar siempre al pendiente de que el orden legalmente constituido, el Gobierno legalmente constituido permanezca según señalan las normas del Estado", acotó.