La atención está posada en una historia de la que se sabe muy poco. Los testigos callan y los que hablan mienten, siembran pistas falsas guionados por abogados que buscan trascender con este caso que se transmite en vivo y en directo.
Loan Danilo Peña está desaparecido desde hace 19 días, pero los operativos de rastrillaje terminaron en torno al lugar donde fue visto por última vez el 13 de junio pasado, tras un almuerzo en la casa de su abuela paterna, Catalina Peña, en el paraje Algarrobal de la localidad de Nueve de Julio, en la provincia argentina de Corrientes.
Un día después de que la "zona cero" fuera visitada por la ministra de Seguridad trasandina,
Patricia Bullrich, los más de 200 agentes que realizaban las tareas de búsqueda se fueron. En la casa de la abuela de Loan solo queda una camioneta de la Policía Federal Argentina (PFA), de custodia. Nadie más, en un lugar que hasta 24 horas antes era inaccesible por la fuerte presencia policial.
La pregunta es si esto significa que se desistió de la búsqueda del niño en ese lugar porque surgieron otros indicios que apuntan a que Loan podría estar lejos de allí.
El peritaje que la Policía Federal realizó sobre la camioneta Ford Ranger que conducía el ex capitán de navío Carlos Pérez arrojó que hay un golpe en el parachoques delantero y rastros de color rojo, que aún no se confirmó si se trata de sangre. También encontraron pelos dentro de la cabina, que serán analizados.
Los estudios forenses no son concluyentes en cuanto a que con esa camioneta hayan atropellado y matado a Loan, como declaró el sábado a la madrugada ante el fiscal provincial Gustavo Robineau la tía del niño, Laudelina Peña.
Esa denuncia aún no tiene anclaje en la causa principal y la jueza federal de Goya, Cristina Pozzer Penzo, ratificó que aún no se reunieron las pruebas para llamarla a declarar. Mientras, los padres del menor acusan a la tía de mentir y desviar la atención, con la finalidad de encubrir lo que realmente pasó.
Los peritajes de la camioneta y de los teléfonos serán claves. La magistrada se toma su tiempo para concretar ese trámite porque cuando convoque a Laudelina Peña deberá imputarla bajo la figura de encubrimiento. Es que en su declaración-denuncia de madrugada en la ciudad de Corrientes, Laudelina admitió haber "plantado" el botín de Loan a unos tres kilómetros de la casa de su madre, luego de que se lo entregara María Victoria Caillava, esposa del ex marino, bajo amenaza de muerte si no lo hacía.
Ayer, Jorge Montti, abogado de Bernardino Benítez –marido de Laudelina– y la pareja integrada por Daniel "Fierrito" Ramírez y María del Carmen Millapi -los otros detenidos-, pidió a la jueza federal que la cite a declarar.
Aunque la causa de Loan volvió a fojas cero, después de que pasara al fuero federal, lo llamativo es que los rastrillajes en torno a la casa de Catalina Peña hayan concluido por ahora. Los vivacs montados sobre la ruta 123 se levantaron, como así también los retenes que había instalado la Policía Federal en el camino rural por donde se accede a la casa de la abuela del menor desaparecido, donde ayer estuvo el abogado de la querella Fernando Burlando acompañado del padre de Loan, José Peña. El letrado promocionó este episodio como una especie de reconstrucción privada que iba a hacer con el papá del chico desaparecido.
Las hipótesis se apilan sin rumbo. Nada parece descabellado cuando se sabe muy poco, y los propios familiares de Loan se muestran perplejos y apabullados por la situación y por la atención que irradia este caso que estalló en un pequeño pueblo de 2.500 habitantes, donde nunca parece pasar nada.
Pero esa atmósfera empieza a perforarse. La casa de Laudelina Peña, ayer, era el centro de atención en Nueve de Julio. La mujer vive en una vivienda humilde, que tiene un santuario de la Virgen de Itatí al costado. Detrás hay una cancha de fútbol rodeada de casas precarias, de madera y chapa. Los vecinos se quedaron en la puerta y algunos verificaban en los canales si habían aparecido en televisión.
En un momento a la casa de Laudelina llegó una camioneta donde iba una mujer con su hija en brazos. Los periodistas pensaron que era la tía de Loan. No, era Camila, una prima de Laudelina que había ido a visitarla. Más tarde entraron efectivos de la Policía Federal para labrar un acta, y a la noche, en plena oscuridad, decenas de vecinos se concentraron en la puerta, en una de las 17 marchas que hubo en la Corrientes para pedir por la aparición del niño de cinco años.