Tras el arrollador triunfo del Partido Laborista en las elecciones del jueves, su líder, Keir Starmer, asumió hoy como primer ministro de Reino Unido, a sabiendas que carga con una larga listas de compromisos a cumplir tras una intensa campaña electoral.
Starmer llega a Downing Street 10 después de 14 años de gobiernos conservadores, en medio de un clima marcado por el descontento social y la irrupción de la extrema derecha representada por el partido Reform Uk, que alcanzó un histórico tercer lugar.
Con este escenario, el líder laborista se mostró como un referente más moderado y comprometido con un mayor impulso económico y una buena relación con el resto de Europa.
Estas son sus principales promesas:
Economía: Impuestos y energías renovables
El Partido Laborista, históricamente atacado por su falta de soluciones económicas, intentó toda la campaña ganarse el favor del mundo empresarial poniendo la prudencia presupuestaria en el centro de su campaña y reduciendo sus planes de gasto.
Los laboristas acusaron constantemente al Partido Conservador de haber "destruido" la economía con el presupuesto del último trimestre de 2022, de la ex primera ministra Liz Truss, que provocó un aumento vertiginoso de los tipos de interés, que afectó a la libra.
En esa línea, Starmer propuso
aumentar los impuestos para ciertos contribuyentes, entre ellos escuelas privadas o empresas del sector de los hidrocarburos, pero prometió no aumentarlos a los trabajadores.
El nuevo premier también se comprometió a fortalecer la capacidad de producción de energía renovable. Es por eso que en el nuevo Gobierno quieren crear GB Energy, una empresa de inversión pública en energías limpias.
Del mismo modo, el ahora gobernante propuso fijar en 2030 la prohibición de circular a vehículos nuevos que funcionen con gasolina o diésel, algo que el primer ministro saliente Rishi Sunak había programado para 2035.
Inmigración y salud
Uno de los temas que más preocupan en Reino Unido es el de la inmigración. A pesar del Brexit, la llegada de extranjeros al país anotó cifras récord en 2022, principalmente de personas de fuera de la Unión Europea, antes de caer un poco en 2023.
Con ese panorama, Starmer prometió reducir la inmigración, sin dar cifras, comprometiéndose de todos modos a eliminar el proyecto conservador de fletar aviones hacia Ruanda con inmigrantes irregulares.
El
sistema de salud pública (NHS) es otro tema que preocupa a los británicos, con consultorios médicos y hospitales sobrecargados y repetidas huelgas de su personal exigiendo aumentos salariales después de años de inversión insuficiente.
Es por eso que los laboristas propusieron reducir las interminables listas de espera del NHS con 40.000 consultas adicionales cada semana o incluso contratar a 8.500 personas dedicadas a la salud mental.