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Pablo Marçal, el candidato a la alcaldía de Sao Paulo que cultiva el estilo de Bolsonaro y fue atacado con una silla

A pesar de compartir estilos e ideas con el ex mandatario, el aspirante a la alcaldía de la metrópolis brasileña no cuenta con el respaldo de este último, incluso, hay quienes creen que podría amenazar el monopolio sobre el conservadurismo local.

18 de Septiembre de 2024 | 07:06 | AFP/Editado por Ramón Jara A., Emol
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Pablo Marçal ha sumado un gran número de adherentes.

EFE
Se siente como pez en el agua en las redes sociales, utiliza la provocación como estrategia y surfea la ola conservadora que llevó al poder a Jair Bolsonaro, Donald Trump y Javier Milei. Se llama Pablo Marçal, tiene 37 años y sacudió la pugna por la alcaldía de Sao Paulo. Esta semana, hizo noticia después de que uno de sus rivales lo agrediera con una silla durante un debate televisivo, quebrándole una costilla.

Desde que entró oficialmente a principio de agosto en la contienda por gobernar la mayor ciudad de Latinoamérica, de 12 millones de habitantes, la popularidad de este influenciador y "coach" ha crecido como espuma.

A menos de un mes de la primera vuelta de los comicios municipales de Brasil (6 de octubre), protagoniza una ajustada carrera con el alcalde Ricardo Nunes, apoyado por el exmandatario Jair Bolsonaro, y Guilherme Boulos, candidato del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Marçal ha sumado popularidad atrayendo votos del bolsonarismo, sectores evangélicos y jóvenes con un discurso considerado agresivo, que apela a la "libertad" y rechaza todo lo que juzga como comunismo.

"Las personas quieren libertad, decir lo que piensan. No quieren plegarse a la ideología de género. No quieren esta agenda 'woke', que es completamente retrasada", dice el influenciador a la agencia AFP, al término de una jornada para pegar publicidad electoral que reunió a ricos y pobres en un barrio acomodado de la capital paulista.

"Principal actor digital"


Marçal ha hecho de la "M", la inicial de su apellido, el logo de su campaña centrada en propuestas de austeridad, destierro de los "incompetentes" del sector público y generación de empleo, especialmente para los pobres.

La letra está en el medio de la gorra azul que él y sus partidarios suelen usar, y sus simpatizantes la forman con los tres dedos centrales de sus manos cuando posan para fotos, siguiendo el lema "Faz o M" (Haz la M).

"Él dice lo que muchos brasileños quisieran decir", asegura Sara Maria Nunes, una enfermera de 50 años, que lleva puesta la gorra.

Hijo de un funcionario y una empleada doméstica, el candidato del Partido Renovador Laborista Brasileño (PRTB) nació en Goiânia, Goiás (centro-oeste), y se volvió famoso brindando en internet conferencias motivacionales y cursos para ganar dinero.

Es el más adinerado de los aspirantes a la alcaldía de Sao Paulo, según medios locales.

Carismático, de figura atlética, casado con una mujer como él profundamente cristiana y padre de cuatro hijos, ha dado un uso tan estratégico como controvertido a sus redes sociales, donde tiene la astronómica cifra de más de 25 millones de seguidores.

"Soy el principal actor digital del país en la actualidad", sostiene.

Ha prometido pagos a quienes creen perfiles para compartir videos suyos, por lo que algunas de sus cuentas fueron suspendidas por la justicia electoral. Agradeció la sanción al considerar que "toda persecución acelera el proceso" hacia la victoria.

Cerca y lejos del bolsonarismo


Reconoce que algunas de sus declaraciones más polémicas, varias con contenido falso, son una táctica para "llamar la atención" de votantes y medios, a los que agradece con sorna por hablar tanto de él.

Ha llamado idiotas a los votantes del izquierdista Lula, insinuado que uno de sus rivales era el "mayor" aspirador de cocaína de la ciudad y sugerido que enviaría a los comunistas en bus hacia Venezuela.

"No voy a disculparme por decir lo que necesita ser dicho. Ahora, después del periodo electoral, no se necesita esa guerra" contra los demás, afirma Marçal, quien reconoce su interés en ser presidente de Brasil.

Sus críticos han recordado, entre otros escándalos, que fue condenado a cuatro años y medio de cárcel en 2010 por hurto, aunque no cumplió la pena en prisión, y supuestos vínculos de personas de su partido con el crimen organizado.

"Representa esa sustancia pura de la extrema derecha, del odio, de la mentira", afirma Guilherme Boulos.

A pesar de que comparten estilos e ideas, Marçal no cuenta con el apoyo oficial de Jair Bolsonaro (2019-22), con quien ha tenido varios enfrentamientos verbales.

Puede incluso amenazar el monopolio del ex mandatario sobre el conservadurismo brasileño, según expertos.

Parte de los bolsonaristas consideran que su líder los "traicionó" al aliarse con Nunes, al que ven como un "político tradicional", según Jonas Medeiros, director de investigación en el Centro para la Imaginación Crítica.

Y ese apoyo al actual alcalde permitió que Marçal se presentara como "candidato fuera del sistema político", agrega Medeiros.

Sin importar que ya tiene experiencia electoral, incluida su elección como diputado federal de Sao Paulo en 2022, anulada a raíz de irregularidades financieras.
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