Ya son 217 las personas que han muerto producto del temporal -sin precedentes- que afectó con devastadoras inundaciones a Valencia (este de España) en los últimos días. Y dicha cifra podría aumentar, toda vez que decenas de seres humanos permanecen desaparecidos.
El sábado, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, aseguró que recuperar e identificar los cuerpos de los fallecidos es una de las prioridades del Gobierno y que "hay que hacerlo con agilidad y con todas las garantías y dignidad que las víctimas y sus familias merecen".
De todas maneras, más de un millar de militares fueron desplegados en el terreno junto a bomberos, policías y socorristas para intentar localizar eventuales supervivientes y despejar los numerosos destrozos ocasionados.
Los relatos respecto a esta situación han sido desgarradores. Una mujer identificada como María llamó a la radio Cadena SER para contar que su madre la llamó preocupada, "llorando y con muchísima ansiedad para decirnos a mí y a mi marido que mi hermano le había llamado y realmente la llamó para despedirse", afirmó.
Ella reveló que su hermano estaba trabajando en un polígono y que, ante la llegada del agua, él junto con sus compañeros debieron subirse al techo del almacén de la fábrica. "Lo último que hemos sabido es que estaban todos sujetándose en un muro hasta que los rescaten", explicó.
Guillermo Serrano Pérez, joven de 21 años, comentó, en tanto, que pasó la noche del martes atrapado junto a sus padres en uno de los puentes de la carretera V-31, conocida como la Pista de Silla, luego de que se subiera el río. El clan se dirigía en su vehículo rumbo al municipio de Paiporta (Valencia) cuando saltó la alerta roja, según reportó el diario El País.
Por otra parte, el domingo con gritos de "fuera" y lanzamiento de barro recibieron a la comitiva de los reyes de España, Felipe VI y Letizia, el presidente Sánchez, y el presidente regional de Valencia, Carlos Mazón, a su llegada a Paiporta (municipio de la Comunidad Valenciana), en reclamo por la reacción que han tenido las autoridades ante la tragedia.
Tras el hecho, Sánchez afirmó que reconoce el "sufrimiento" de los afectados, pero rechazó "cualquier tipo de violencia". El rey Felipe VI, en tanto, pidió a las autoridades y equipos de emergencia de su país "entender el enfado y la frustración" de los damnificados.
Qué es la DANA
Ahora, lo ocurrido en el territorio europeo, es resultado de una combinación de factores meteorológicos y humanos, según han dicho expertos de la zona y, consultados por Emol, otros especialistas abordaron de qué trata este fenómeno y si es que podría ocurrir en Chile.
En primer lugar hay que saber que el temporal que afectó, principalmente en Valencia, se denomina en España como DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos).
Raúl Valenzuela, doctor en Ciencias Atmosféricas, académico del Instituto de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad de O'Higgins (UOH) e investigador del CR2, sostiene que "la DANA acá en Chile la conocemos como baja segregada. Y hay otros países que tienen nombres propios para el fenómeno".
Entonces, para explicarlo consultó: "¿Qué es una baja segregada o la DANA en este caso?" y, para darlo a entender, primero dijo que hay que imaginarse cuando uno va a la playa, ve las olas y estas rompen.
"La ola empieza a romper, empieza a producir espuma, luego da una vuelta en sí misma y luego llega a la costa, ¿cierto? Más o menos eso es lo que todos vemos cuando vamos a la playa", dice y agrega que "en la atmósfera también hay olas, pero las olas en la atmósfera se llaman Ondas de Rossby que se desplazan horizontalmente de oeste a este, se desplazan a la altura de los polos. Entonces, cuando esa Onda de Rossby empieza a aumentar su altitud, llega un minuto en que se rompe. Un fenómeno similar a lo que vemos en la playa".
Cuando se rompe esa Onda de Rossby, continúa explicando, "se genera una pequeña circulación ciclónica y es la que conforma la DANA (...) En la DANA le llaman depresión aislada, porque se separa de la depresión que es esta Onda de Rossby".
La DANA, agrega, "no se manifiesta en superficie, sino que es aire que queda alrededor de los 5 mil metros de altitud. Entonces, uno podría decir es aire frío que está circulando de manera ciclónica en el sentido contrario a las manecillas del reloj. Entonces está girando y ese giro lo que hace es traer vapor de agua. Es como si funcionara como una aspiradora. Está aspirando agua desde las zonas más tropicales".
Ahora, Valenzuela asevera que "el problema que tuvieron en el caso de España, fue que la Onda de Rossby generó lo que se llama un patrón de bloqueo".
"La lluvia que tenía que haberse dispersado (...) se quedó en el mismo lugar"
"Cuando se tienen las Ondas de Rossby que están cruzando por el hemisferio norte, más o menos cerca del polo, tienen cierta altura o cierta profundidad", comenta y agrega que el conflicto "es que cuando empiezan a aumentar demasiado esa profundidad tienden a desacelerar. Es decir, tienden a mantenerse en la misma posición y cuando ocurre eso si anteriormente hubo una baja segregada o DANA, esa baja segregada tiende a quedarse ahí mismo".
Entonces, advierte que "ese fue el mayor problema que tuvieron en el caso de las lluvias de Valencia que hemos visto en las noticias, que ese aire frío estaba rotando, estaba sustrayendo o tomando vapor desde el trópico, pero no avanzó, se quedó encima de la zona de Valencia, avanzó muy poco. Entonces, básicamente la lluvia que tenía que haberse dispersado entre España, quizás Francia o Europa más central, se quedó en el mismo lugar".
"Fueron esos dos factores, la DANA que estaba girando ahí, extrayendo vapor, y también el patrón de Ondas de Rossby que generó un movimiento estacionario -también se le conoce así-, que no se movía, estuvo ahí y, por lo tanto, el agua cayó en el mismo lugar", resume.
Patricio González Colville, máster en Climatología del Centro de Investigaciones y Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA) de la Universidad de Talca, explica por su parte que la DANA "sucede cuando las corrientes atmosféricas que circulan alrededor de la atmósfera del planeta (también conocidas como 'corrientes en chorro') se ondulan en extremo. Como consecuencia originan el desprendimiento de una bolsa en forma de gota que acaba transformándose como una depresión, también conocida como baja presión de aire frío y circulación cerrada dispuesta a estallar ante cualquier perturbación".
"En la región mediterránea de España este fenómeno no es aislado", añade, pues "ha ocurrido en otras ocasiones, fundamentalmente en el otoño europeo (octubre). Sin embargo, ahora el ambiente meteorológico es distinto. Esas bolsas aisladas de aire frío entran en contacto con el aire recalentado por el Mar Mediterráneo y dan lugar a una repentina perturbación atmosférica que da paso a grandes tormentas. Las bajas presiones son concentradoras y generadoras de nubes cumulonimbus, que poseen un alto contenido de vapor de agua. Lo que ha sido excepcional es la extrema violencia de las lluvias y el viento, de forma tan repentina y en corto plazo".
El cambio climático hizo la tormenta "más intensa"
Si bien en la Comunidad Valenciana se han reportado otros eventos similares con consecuencias fatales -como por ejemplo el de 1982, cuando el desbordamiento del río Júcar en Valencia y la rotura de la presa de Tous, al este del país, causaron 38 muertos y la evacuación de cien mil personas- el temporal actual es el peor de este siglo.
Consultado por si en esto tendría relación el cambio climático, el meteorólogo de la DMC, Elio Brufort, sostiene que "en rigor se podrían relacionar, porque con el cambio climático se indica que en promedio las temperaturas, tanto en la superficie como también en la superficie del mar, está aumentando. Por lo tanto, el calor se traduce en energía, y la energía se traduce en que estos eventos sean más, que estemos por un lado más intensos y con mayor frecuencia".
El doctor Valenzuela expresa que las DANA no las produce el cambio climático, pero, lo que podría ser, "es que el cambio climático hizo que esta tormenta haya sido más intensa, porque el cambio climático antropogénico lo que sí hay evidencia es que está aumentando la temperatura global. Al aumentar la temperatura global, uno lo que hace es aumentar la capacidad que tiene la atmósfera para contener vapor de agua antes de que condense".
Así, aclara que "el cambio climático lo que está haciendo es que haya más vapor de agua en la atmósfera y, por lo tanto, esa misma DANA que ocurrió ahora, en un mundo alternativo donde, digamos, de alguna manera encontramos la tecnología para no utilizar gases de efecto o emitir gases de efecto invernadero, en ese mundo alternativo podría haber ocurrido la misma DANA, pero en vez de haber caído 400 milímetros en 48 horas, quizá hubiesen caído 200 o 180. Y obviamente, eso tiene un impacto directo en las diferencias de escorrentía superficial, el daño y el impacto que causó este fenómeno".
González Colville, en esta materia, afirma que "la explicación al desastre dejado en Valencia se debería a que la temperatura media del Mediterráneo no deja de aumentar. Por ejemplo en julio y agosto (verano europeo) se batió el récord histórico: 28,2°C como consecuencia del cambio climático".
Según los modelos meteorológicos, explica, "cuanto más caliente está el mar, más energía y vapor de agua inyecta en la atmósfera, más fuerte es la perturbación y, en consecuencia, más violentas resultan las descargas y más catastróficos los efectos. Lo anterior asociado a fuertes vientos de 200 km/h".
Un dilema adicional, precisa, es que "en las actuales ciudades no existe mecanismo de adaptación capaz de dar respuesta a un aluvión de agua que deja caer, de golpe, casi 500 litros por metro cuadrado durante seis horas consecutivas. No existe adaptación al hecho de que un río normal se transforme, en apenas unos minutos, en un Amazonas, al interior de una ciudad como Valencia, de calles estrechas y en pendientes".
En Chile ya hemos tenido una DANA
En relación a si en Chile podría ocurrir una DANA, Valenzuela expone que sí, pues en territorio nacional ocurren las bajas segregadas. "Hace poco tuvimos de hecho una, en septiembre cayó lluvia producto de una baja segregada en Chile, entonces sí, podemos tener", dice. Ahora, tanto en España como en Chile o cualquier otro lugar, "si hay más vapor de agua, se pueden intensificar los episodios", aclara.
En la misma línea se refiere González, quien afirma que acá hay "bajas segregadas" y que "afectan mayoritariamente las zonas pre o cordillerana de las zonas centro-norte, y mayoritariamente durante el otoño-invierno; también en primavera, pero en menor medida. Si bien pueden dejar lluvias intensas y tormentas eléctricas (asociadas a granizos), producto de que la nube cumulonimbus es la misma de la DANA, acá la diferencia es que no tenemos un 'Mar Mediterráneo' que se esté calentando e inyectando calor y humedad, como fue el caso de España".
"Nuestro océano Pacífico es más frío. Sin embargo, el peligro es que la atmósfera sigue elevando su temperatura: ese es el riesgo en el corto plazo para Chile", remarca.
¿Estamos preparados?
Víctor Orellana, ex subdirector de Onemi, aborda otro aspecto en esta materia: ¿Estamos preparados para enfrentar un fenómeno de tal magnitud? ¿Cómo se puede prevenir?
En primer lugar dice que hay que remitirse al tema del fenómeno, pues "son bien intensos, relativamente inusuales, pero que están ocurriendo cada vez más seguido, por el cambio climático".
Ahora, lo positivo que tienen estos fenómenos -indica- "es que se pueden analizar con bastante antelación (...) De eso se encarga todo el organismo técnico que es la Dirección Meteorológica, tanto aquí como en España. Ellos van definiendo, en la medida en que se va acercando la fecha, con mayor certeza, con mayor certidumbre, qué es lo que va a ocurrir (...) Y eso se va afinando ya en los últimos tres días, con mayor claridad".
En cuanto al monitoreo, afirma que se hace "con distintas tecnologías. Algunas son satelitales, que esas se monitorean desde afuera, digamos (...) Y se puede ir viendo ya cuando se posan en el lugar, antes de que se desarrolle, antes de que se manifieste como lluvia".
"El tema es que luego, para verlo ya en las últimas seis horas, se requiere otra tecnología que analice este fenómeno, pero ya desde abajo, desde la Tierra, y esos son los radares meteorológicos. Esa tecnología nosotros no la tenemos en Chile", agrega.
Orellana recuerda que en 2015 se presentó un fenómeno similar en Chile -y cuando él era parte de Onemi- y hasta cierto nivel sabían que el evento podría ser bien intenso, pero tenían un margen muy amplio, es decir, "como entre Antofagasta y Coquimbo, que es bastante, son varios miles de kilómetros", pero "finalmente ocurrió en la cordillera de la región de Atacama".
Entonces, sostiene que para tener un mayor nivel de exactitud se requieren los radares. "Permite saber cuánta cantidad de agua hay en esa nube que yo estoy mirando desde abajo y con eso puedo estimar, definir cuánta agua caería en la tierra, y con eso, poder modelar qué inundaciones voy a tener".
Esa metodología también ayudaría, de acuerdo a lo que relata, a dar la información a la población con mayor precisión y a que esta confíe para evacuar. "Mientras mayor sea la calidad de la información que tú tienes, puedes entregarle un mejor aviso de evacuación a la población, en sentido de oportunidad y de exactitud. En cambio, si tú tienes mala información, la puedes entregar muy tarde y puede ser poco preciso". El objetivo en estos casos -añade- es "salvar vidas".
En resumen, manifiesta que estos fenómenos "han ocurrido en Chile y seguirán sucediendo. Se ha avanzado con ciertos aspectos, pero el problema tiene muchas variables y la que falta, que es accesible, porque se sabe cuál es la solución en la tecnológica, sobre todo lo que es el monitoreo de las últimas horas, digamos, de un fenómeno a través de radares meteorológicos, por ejemplo, pero también sistemas de alertamiento masivo que avisan a las personas en rangos que les den confianza para que puedan alcanzar también a tener el tiempo para poder evacuar. Es una combinación".