En las elecciones presidenciales pasadas en EE.UU., el republicano Donald Trump anunció la misma noche de la votación -y previo a que se conocieran los resultados oficiales- su triunfo. Sin embargo, a las pocas horas, acusó que si bien iba "liderando la carrera de manera sólida en muchos estados clave (...) uno por uno empezaron a desaparecer mágicamente los votos". Lo anterior, se explica bajo el fenómeno denominado "espejismo rojo" o "cambio azul".
Se trata de un patrón que se presenta durante el inicio del conteo de votos. En esa primera instancia, los republicanos -asociados al color rojo- adquieren una ventaja por sobre los demócratas -azules- que va desapareciendo con el paso de las horas, llegando incluso a revertir los puestos.
Este fenómeno se genera por las costumbres de cada pacto. Los votantes demócratas se caracterizan por preferir el voto anticipado o por correo, mientras que los republicanos se inclinan por asistir de manera presencial a sufragar. En muchos estados, el voto presencial se cuenta antes que el voto emitido vía correo, lo que genera que los primeros resultados en este "voto a voto" tengan una tendencia republicana.
Se suma a esto que los primeros resultados son habitualmente de las zonas rurales del país, las que no representan necesariamente una tendencia de todo el electorado o del sector urbano.
Esto ha generó en las pasadas elecciones, que existiera la impresión de que Trump estaba triunfando, a pesar de que no fue el caso. Por el contrario, en 2020, cuando llegó la noche en gran parte de Estados Unidos, restaban días para conocer los resultados oficiales.
Con una contienda que aún era demasiado temprana para definir un ganador en importantes estados como Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Michigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin -todos considerados en esta ocasión como estados "claves"-, el actual candidato republicano salió a proclamar su triunfo. Sin embargo, el "espejismo rojo" le jugó en contra y días después se confirmó que el presidente electo era Joe Biden.
En 2016 también se presentó este "cambio azul", sin embargo, en dicha ocasión no fue decisivo. A pesar de que Hillary Clinton logró una ventaja en el voto popular, no fue suficiente para teñir de azul más estados.
¿Por qué se produce este fenómeno?
Se relaciona al descentralizado sistema electoral de Estados Unidos, en el que no existe una autoridad electoral nacional y donde cada estado establece sus propias normas en la materia y registra los votos según sus reglas. A lo que se suma el voto anticipado o enviado por correo, lo que ralentiza aún más el proceso.
Así, si bien algunos estados entregan el conteo final a las pocas horas de que concluya la jordana de votación, en otros los resultados tardan días en llegar. Entre algunos estados que no se caracterizan por su rapidez, están Pensilvania y Wisconsin, ambos clave en estas elecciones.
También está la inclinación de las zonas rurales por el candidato republicano y la de los sectores urbanos por los demócratas. Y es que estas últimas zonas -al ser áreas altamente pobladas- presentan un recuento más lento.
¿"Espejismo rojo" o fraude?
La ventaja inicial que suelen ganar los republicanos podría ser aprovechada por Donald Trump para proclamarse (anticipadamente) vencedor y luego apuntar a un posible fraude por parte de los demócratas, como sucedió en 2020. Al momento, el republicano continúa sin comprometerse a aceptar los resultados, asegurando que solo lo hará si los considera justos.
Desde el comando de Kamala Harris expresaron hace días que se encuentran preparados para responder, explicando que "esperan plenamente" que Trump se declare vencedor esta misma noche, antes de que el conteo se haya completado.
Trump advirtió a sus votantes que podría existir una "manipulación" en estos comicios. Así, llamó a sus seguidores a lograr un triunfo "demasiado grande para manipular". De no ganar, Trump ya advirtió que podría llevar el recuento a tribunales, tal como hizo en 2020, época en la que los tribunales descartaron cualquier manipulación.
Para asegurar su pruebas en caso de que decida presentar una acusación por fraude, diversos voluntarios del movimiento "Stop the Steal" (Paren el robo) se desplegaron en los centros de votación y recaudar la información de respaldo.