SANTIAGO.- Con esperanza. Así recibió ayer Carolina Figueroa la noticia sobre la primera condena dictada tras la aprobación de la Ley Emilia, iniciativa que lleva el nombre de su hija fallecida en enero de 2013 en Vitacura, luego que el auto en el que viajaba fuera embestido por detrás por un móvil conducido por un sujeto que iba ebrio.
"Con esto queda establecido que conducir en estado de ebriedad es un delito y ese delito tiene cárcel efectiva", dijo a Emol la mujer en alusión a al fallo que ayer el Tribunal de Valparaíso sentenció a 9 años de presidio a Gonzalo Rojas (27), quien en septiembre del año pasado atropelló y mató a Pablo Ascencio y se dio a la fuga.
"Esta es una historia de dolor que esperamos que no se repita en otros casos", agregó Figueroa, enfatizando que "acá todos perdieron". "La familia de Pablo perdió a su hijo y tendrá que vivir con el dolor que eso significa, pero la otra familia tendrá a su hijo en la cárcel por mucho tiempo más", afirmó.
Y concluyó: "Esta condena no es una satisfacción porque para nadie puede ser que alguien vaya a la cárcel. Lo que sentimos ahora es que estamos tranquilos porque estos hechos están siendo vistos como un delito, esto no es un accidente, es un delito, y para nosotros que la figura se haya tipificado de esta forma, nos tiene esperanzados".