SANTIAGO.- Unos 9.150 policías trabajarán en las labores de seguridad y prevención durante el desarrollo de la Copa América, que comienza mañana jueves en el país.
De acuerdo a los datos recabados por Emol, de ellos unos 8.500 son de Carabineros, los que en su mayoría serán sacados de las escuelas matrices de la institución, con el fin de evitar que la ciudadanía quede desprotegida.
Según trascendió, la mayor parte de ellos estarán destinados a Santiago, Concepción y Valparaíso, por la gran cantidad de hinchas que llegarán no sólo a los estadios, sino que también a las zonas turísticas, en particular en los partidos de Chile.
Pese a lo anterior, también habrá un resguardo especial en Antofagasta y La Serena, ante los partidos de Uruguay y Argentina, respectivamente.
El caso de los trasandinos es de particular preocupación para las policías, pues se espera que unos 38.000 de los más de 70 mil visitantes que llegarían a Chile con motivo del certamen continental, será del país vecino.
En ese sentido, desde la PDI se informó que unos 400 detectives reforzarán las labores de inmigración, en los puestos fronterizos y aeropuertos.
A ellos se sumarán unos 250 efectivos que prestarán servicios en las ciudades sede y los estadios en servicios preventivos y ayuda a los turistas.
Para esta última tarea habrá móviles especiales de la institución en cada recinto deportivo, en los que habrá personal de Extranjería, Interpol, Ubicación de Personas y además un perito documental con el fin de verificar la autenticidad de los documentos que sean presentados.
Monitoreo constante
Un caso aparte lo constituyen los hinchas problemáticos, cuyos nombres aparecen en un listado que maneja el Gobierno. En total, son 1.150 personas.
Desde la PDI se informó que para esos casos habrá un primer filtro en los pasos fronterizos, para quienes tengan prohibición de ingresar a Chile.
Sin embargo, muchos de los hinchas que aparecen en el listado no tienen problemas judiciales en su país de origen y podrán entrar al territorio nacional sin problemas, pero no ingresarán a los estadios.
Estos serán monitoreados por equipos especiales de la policía civil, con el fin de evitar que provoquen problemas en las calles de las ciudades sede.