La fiscalía francesa asegura que la vida de Madame Gil "ha sido una serie de mentiras y estafas".
EFE
PARIS.- La justicia francesa pronunciará este martes su veredicto en contra de Gilberte Van Erpe, más conocida como "Madame Gil", quien es la principal imputada en el caso de los "quesitos mágicos".
En el proceso, la fiscalía sostuvo que la vida de la mujer de 74 años "sólo ha sido una serie de mentiras y estafas", y
pidió para ella una pena de seis años de prisión y 500.000 euros ($355 millones) de multa.
Van Erpe proponía a sus futuras víctimas convertirse en productores de quesitos destinados a ser exportados de Chile para servir en la industria cosmética en Francia.
La estafa prosperó en 2005 y 2006 gracias a promesas de altos beneficios para los productores, hechas en grandes reuniones públicas, convirtiéndose así en uno de los mayores casos de este tipo en la historia de Chile.
Los potenciales productores compraban a precio de oro kits de fermento láctico que debían ser mezclados con leche y filtrados. Tras varias semanas de cultivo, quienes lograban obtener esa especie de quesos debían obtener abundantes beneficios.
Muchas de las víctimas de la estafa se endeudaron, llegando incluso a hipotecar sus casas, para comprar los kits.
La investigación en Chile permitió identificar a unas 5.500 víctimas, que habían invertido entre $280 mil y $120 millones, por un total superior a los diez mil millones de pesos.
Pero esos quesitos, teóricamente destinados a ser utilizados por los laboratorios de L'Oréal, jamás salían del país. Y de todos modos no podían ser utilizados en la industria cosmética.
Cinco toneladas y media de ellos fueron encontrados en estado de putrefacción en un almacén. ¿Pestilente? "El olor de los dólares", habría dicho Gilberte Van Erpe, detalla la investigación.
Las víctimas, 800 de las cuales se declararon demandantes, eran pequeños agricultores o amas de casa que se encontraban ante gente "perfectamente organizada", "depredadores experimentados" sin escrúpulo alguno, estimó el fiscal.
La investigación, reveló una estafa de tipo piramidal. Aunque unas 711 personas sí recibieron beneficios, más de 4.000 fueron estafadas. Lo anterior se debió que las sumas entregadas a los primeros inversores eran en realidad los depósitos de los productores más recientes.
Dado que Francia no extradita a sus ciudadanos y que Van Erpe es francesa, las autoridades chilenas recurrieron a la justicia francesa en octubre de 2006, y la acusada fue detenida en Niza (sureste de Francia) en 2008.
La mujer alegó problemas de salud, presentando un certificado médico, para no comparecer ante el tribunal en lo correccional de París. Tampoco dio mandato de representación a su abogado.
Otras tres personas están imputadas por esta causa, pero sólo dos de ellos comparecieron ante el tribunal de París.
Por este caso, dos chilenos fueron condenados a cinco años de prisión en 2007.