Cerámica policromada es una forma popular de arte del periodo de la colonia
El Mercurio (Vivienda y Decoración)
SANTIAGO.- Una antigua tradición artesana que está entre las más características y valiosas de Chile sigue vigente gracias al trabajo de mujeres que se esfuerzan por mantener vivo su arte. Se trata de las loceras de Talagante, que reviven en cerámica personajes y situaciones centradas en la cultura popular del país.
La labor de las creadoras, que es exhibida en una nutrida muestra del museo de Arte Popular Americano Tomás Lago (MAPA), formada por 200 figuras, está "de visita" en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) de Santiago.
Entre quienes cultivan este arte se cuentan las integrantes del grupo "Huellas de Greda", herederas de una habilidad que se remonta a siete generaciones, según una información publicada en la revista
"Vivienda y Decoración" de "El Mercurio".
La tradición comenzó en el convento de las Monjas Claras, cerca del cerro Santa Lucía, en el solar que hoy ocupa la Biblioteca Nacional. Las coloridas lozas que elaboraban tenían como característica su olor "a rosas", generado mediante una técnica secreta.
La última religiosa conocedora de la técnica fue sor María del Carmen Encarnación Jofré, que falleció en 1898. No obstante, la elaboración fue continuada -aunque sin el aroma- por monjas que se retiraban del claustro y las mujeres que laboraban en el convento.
A principios del siglo XX la fabricación fue transmitida a mujeres de Talagante, quienes continuaron con esta típica muestra de arte popular que es considerada Obra Patrimonial por Unesco.
La muestra es accesible de manera gratuita en el GAM, donde permanecerá hasta noviembre próximo.
