Pese a ser la primera cuenta pública del Congreso, a diferencia de la tradicional rendición del 21 de mayo, la ceremonia causó una baja expectación entre los transeúntes de Valparaíso. Aunque la calle Pedro Montt permanecía cortada y cerrada por vallas papales, no aparecieron los típicos curiosos ni manifestantes ni seguidores de la Presidenta Bachelet, cuya llegada -a las 11:50 horas- pasó casi desapercibida.
Pasadas las 11:00 horas, en la parte posterior del Congreso Nacional, en calle Victoria, un solitario pastor Soto esbozaba algunas palabras hacia los parlamentarios de la institución. Al igual en la cuenta pública de la Presidenta Michelle Bachelet del pasado 21 de mayo, figuraba solo y sin adeptos.
Aun cuando la ceremonia contó con la presencia de la mayoría los ministros de Estado, presidentes de partidos políticos, senadores y diputados, hubo varias butacas vacías. Una de las ausentes fue la ministra de Educación, Adriana Delpiano, quien no asistió a la inédita ceremonia para abocarse de lleno a la sesión de la comisión de Educación de la Cámara de Diputados, que se realizaría por la tarde en el Congreso.
Quien causó mayor expectativa al término de la cita fue el fiscal nacional, Sabas Chahuán. Periodistas, camarógrafos y gráficos se apostaron en el hall principal del Congreso para obtener sus impresiones. "¿Después de escuchar los discursos de los presidentes, al parecer ustedes (los persecutores de los casos Penta, SQM y Corpesca) tendrán menos trabajo si se cumple lo que se dice?", consultó un periodista. "Gracias", respondió el aludido escuetamente y entre risas.
Terminados los discursos de los presidentes de las cámaras Baja y Alta, que se extendieron por más de una hora, las interpretaciones de la Orquesta de Cámara y del coro Los Madrigalistas de la Universidad de Playa Ancha, amenizaron las salidas de las autoridades entonando un homenaje a Violeta Parra.