Ramírez sostuvo que "la historia tiene que enseñarse en su mérito".
José Alvújar, El Mercurio
SANTIAGO.- Luego del testimonio del ex conscripto Fernando Guzmán, quien confesó haber participado en el
caso Quemados, ocurrido en julio de 1986, la discusión sobre las violaciones de derechos humanos volvió a la palestra.
Al respecto, en diálogo con radio "Cooperativa", el secretario general de la UDI, Guillermo Ramírez, reiteró su condena a lo ocurrido y manifestó que "la vida humana es sagrada y la violencia política inaceptable en cualquiera de sus formas".
"La verdad es un imperativo moral, por las familias que necesitan dar vuelta la página de una vez por todas; por los mismos victimarios, porque con la verdad empieza la sanacion espiritual; y por una coherencia y consistencia histórica. Uno se alegra que la verdad salga", dijo.
En esa línea, planteó que en la actualidad "tenemos muchos más elementos" que permiten conocer lo ocurrido durante el régimen militar, "pero a principios de los '90 había mucha opacidad y muchas cosas no se sabían, que todos nosotros no sabíamos".
"Hoy día nadie lo cree, pero de verdad había en ese minuto gente que creía de corazón que los temas de las violaciones a los derechos humanos eran casos aislados. Hoy día nadie sostiene eso porque conocemos mucha información, pero había gente que genuinamente pensaba eso", afirmó.
Ramírez defendió asimismo el rol de los civiles que participaron en el régimen militar, asegurando que hubo gente "que trabajó en el gobierno de (Augusto) Pinochet y que nunca vio nada de aquello que no sabía la ciudadanía (violaciones a los derechos humanos), porque no salía en los diarios, porque la gente que levantaba un dedo para alegar era exiliada".
"Hay gente que trabajaba en el gobierno que de verdad no sabía lo que estaba pasando, entonces no es automático decir (Alberto) Cardemil, (Jovino) Novoa o quien sea trabajaban en el gobierno; ergo, sabían, ordenaron, son violadores de los derechos humanos. Eso no se puede decir, porque es una irresponsabilidad muy grande. Puedes terminar castigando o enjuiciando a personas que de verdad, de buena fe, no sabían lo que estaba ocurriendo", aseveró.
A su juicio, este tema "es debatible, pero es muy fácil juzgar con los ojos de hoy, con la información que tenemos hoy día. Si yo hoy día dijera 'estas cuestiones nunca pasaron' ustedes me tendrían que meter a un manicomio", pero en dictadura -añadió- "había una separación entre las decisiones que se tomaban en el mundo civil y en el mundo militar muy fuerte".
"Yo estoy de acuerdo en que la historia tiene que enseñarse en su mérito, pero tienen que mantenerse las proporciones, porque hoy día se genera la sensación en muchas personas -y yo me incluyo entre ellas-de que generalmente se cuenta una parte de la historia -que es una parte horrorosa de la historia- y que lo que se cuenta es verdad, pero no en un contexto", concluyó.