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Gradualidad en las reformas: la frase que agitó la convivencia en el oficialismo tras el cónclave

Pese al intento de la Presidenta Bachelet de convocar a la unidad de la Nueva Mayoría en el encuentro del lunes pasado, las dos almas que conviven en el bloque volvieron a enfrentarse esta semana, dejando en duda el éxito de la cita en San Miguel.

07 de Agosto de 2015 | 09:00 | Por Felipe Vargas Morales, Emol
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La Presidenta Bachelet buscó la unidad de la Nueva Mayoría tras el cónclave del lunes, pero no funcionó.

EFE
SANTIAGO.- Sólo 48 horas duró la paz en la Nueva Mayoría (NM) tras el esperado cónclave encabezado por la Presidenta Michelle Bachelet el pasado lunes en el estadio El Llano de San Miguel, ya que una vez más las dos almas que conviven al interior del bloque oficialista se enfrentaron por la influencia que desean tener en el Gobierno.
 
Los rostros de tranquilidad con la que sus líderes abandonaron el recinto, junto a las declaraciones que dieron a la prensa tras la cita, hicieron pensar que el mensaje que la Mandataria había calado hondo en la coalición. Sin embargo, el golpe de timón de la Mandataria al parecer no fue suficiente.
 
Pese a que el primero en abrir las críticas fue el ex ministro de Hacienda Andrés Velasco, quien planteó que "los cónclaves son para que salga humo blanco y se decida algo, y en este caso parece que no salió mucho humo blanco", los que salieron más desilusionados de la reunión fueron los miembros de la DC.

Al día siguiente del cónclave, el senador Ignacio Walker llamó a la NM a "hacernos cargo de un cierto clima de incertidumbre" y dijo que tras la cita "nos quedamos con una serie de tareas para la casa, que tienen que contribuir a producir mayores niveles de certeza", discurso que se repitió en las huestes falangistas. 

El principal reproche es que no se adoptaron definiciones clave en economía, salud y seguridad ciudadana, lo cual a juicio de los sectores más moderados del oficialismo, fue una derrota de los ministros de Interior y Hacienda, Jorge Burgos y Rodrigo Valdés, respectivamente, quienes fueron los precursores de moderar el programa de Gobierno.

De hecho, al finalizar el cónclave, el presidente del PC, Guillermo Teillier, dijo que "temíamos que se renunciara al camino de las reformas, porque algunos decían que poco menos que estábamos en crisis económica, pero eso no sucedió" y al día siguiente reconoció que "salimos fortalecidos en nuestras posiciones".

Golpe a la mesa

Por ello, ambos salieron a defender su postura y señalaron que bajo el actual escenario económico es necesario "priorizar" los cambios propuestos. Tras una ceremonia en La Moneda, el jefe del equipo económico -escoltado por Burgos- dijo que por la desaceleración económica "no se pueden hacer todas las cosas al mismo tiempo".

"Hay que priorizar, hay que gradualizar (...) no se pueden gastar recursos que no tenemos (...) el crecimiento no está garantizado, tenemos que trabajar todos por ello y eso incluye, por ejemplo, tener una reforma laboral equilibrada", señaló Valdés, abriendo la caja de Pandora del oficialismo.

Luego, Burgos insistió: "es importante que todos lo entendamos: el PC, los partidos de la Nueva Mayoría, y también la oposición. Chile somos todos, ese no es un simple slogan, es un sentimiento cuando las cosas internacionales no marchan", dijo.

Los dichos de los ministros fueron recibidos con dureza en el PC. La líder de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Bárbara Figueroa, rechazó con fuerza los dichos de los ministros, los cuales calificó de "inaceptables". O se sienten muy empoderados para relativizar palabras de su jefa o están desesperados por incidir", dijo.

Lo cierto es que la discusión quedó abierta. Walker y el presidente del PR, Ernesto Velasco, respaldaron a Burgos y Valdés. "Esa es la dupla que queremos ver”, manifestó el senador, mientras que el líder radical subrayó que ante los momentos difíciles, Bachelet debe “empoderar al equipo político y particularmente a Burgos".

En tanto, desde el PS criticaron la puesta en escena de los secretarios de Estado. El jefe de la bancada de diputados socialistas, Manuel Monsalve, dijo que "yo no creo en la dupla de ministros" y Osvaldo Andrade acusó a los ministros de "cometer un desafortunado error. Con este tipo de declaraciones, lo que hacen es menospreciar los resultados del cónclave".

Al final de la semana, las posturas entre quienes quieren moderar el programa de Gobierno y los que piensan que se debe implementar en su integridad y sin pausas quedaron nuevamente en evidencia. Habrá que ver si en los próximos días el Gobierno será capaz de zanjar definitivamente cuál será el camino del "segundo tiempo".
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