Al respecto, el vocero de La Moneda recordó que durante el consejo de gabinete de San Jorge, la Mandataria se refirió al impacto del escenario económico internacional en el programa de Gobierno, a la complejidad de las reformas y a la "capacidad o incapacidad del sistema político para procesar estas reformas".
"En consecuencia, ahí hay un diagnostico que es muy similar al que ha hecho Eyzaguirre este domingo. Me parece además que tiene la virtud que lo hace alguien que ha estado en el gabinete desde el comienzo y ha sido por lo demás ministro de una de las carteras que más centralidad ha tenido en la agenda de Gobierno", añadió.
En esa línea, Díaz destacó que a raíz de esas definiciones "hemos dicho que hay dos elementos que son rectores, fundamentales: Primero, gradualidad para cumplir con esos compromisos, pero hacerlos de acuerdo a la capacidad de crecimiento y de gestión que tenemos y, en segundo lugar, mucho diálogo".
"Por lo tanto, esos elementos que están presentes en la entrevista del ministro Eyzaguirre son sin duda elementos que definió en su momento la Presidenta y con los que estamos trabajando", enfatizó.
Asimismo, subrayó que "reafirmamos y ratificamos, y eso es una opinión compartida, por cierto, de todo el comité político, la hoja de ruta que la Presidenta fijó el día 3 de agosto respecto de los cambios que queremos impulsar, de la agenda de transformaciones que vamos a llevar adelante y la forma en que lo vamos a hacer".
El secretario de Estado se refirió al tema luego de que Eyzaguirre dijera al
"El Mercurio" que durante la tramitación de la primera parte de la reforma educacional que él lideró hubo "exceso de ambición" y que no tuvo conciencia “de cómo las cosas se estaban crispando".
"Si pudiera hacerlo distinto, habría sido súper cuidadoso en siempre buscar el consenso", agregó en la entrevista, junto con reprochar que "la gestión del Gobierno no ha sido buena. Los problemas que tenemos en salud y en seguridad ciudadana son inaceptables. Inaceptables. Hay que mejorarlos sí o sí".
En esa línea, argumentó que "estábamos en una vorágine de reformas que no íbamos a ser capaces ni de diseñar apropiadamente ni de tramitar políticamente, sin provocar excesivos conflictos".