La familia Tahshoun Amoury llegó a Chile desde Alepo, una de las ciudades más castigadas en la guerra civil en su país.
El Mercurio
SANTIAGO.- "No pienso volver a Siria. ¡Ya no hay Siria! Está desarmada!", enfatiza Chadi Mori, integrante de una de las familias que vivían en ese país devastado por la guerra y que hoy buscan un nuevo destino en Chile.
Antes de que el Gobierno formalice un protocolo
para recibir refugiados de ese origen, tal como anunció el canciller Heraldo Muñoz, varios grupos de personas ya han comenzado a instalarse en territorio nacional, especialmente en las ciudades que cuentan con importantes colonias de origen árabe, según una información
publicada por "El Mercurio".
Una de esas familias es la que integra Mori, quien dejó la ciudad de Homs, hoy "destruida en 70%", según denuncia. Allí vivía con su esposa, Nadine Alkhouli, y sus hijos Jad, de 11 años, y Zaim, de 7.
Entre los destinos elegidos por los migrantes sirios se cuentan Viña del Mar y Osorno, según indica Emilio Aleuanlli, quien representa a sus connacionales en las regiones de Los Ríos y Los Lagos.
"Han estado llegando desde antes, apoyados exclusivamente por familiares que los ayudan para venir e instalarse", precisa.
Emilio Aleuanlli:
"Las familias han estado llegando desde antes, apoyadas exclusivamente por parientes que los ayudan para venir e instalarse"
Según los migrantes, los niños han logrado adaptarse muy rápido. El hijo mayor de Mori incluso encontró en su mismo curso en la escuela a otra hija de refugiados sirios, con quien se comunica en árabe.
No obstante, la nostalgia también tiene peso en la vida cotidiana de estas familias. "Mi esposa se siente sola, echa de menos" a sus padres, explica Mori. "Es la primera vez que viaja y deja su casa".
Vida en una mezquita
En Viña del Mar, en tanto, la comunidad musulmana habilitó una mezquita en calle 6 Oriente. Allí residió durante un tiempo Mustafá Tahshoun, quien viajó a Chile junto a su esposa, Amal Amoury, y sus hijos Sara, Chaimma y Mohamed, de 14, 13 y 5 años de edad.
Su traslado se hizo posible a través de la embajada de Chile en Siria y se concretó cuando su ciudad, Alepo, se convirtió en campo de batalla.
"Me duele el corazón ver en lo que la guerra ha convertido a mi país, que era bonito y tranquilo", lamenta.
