SANTIAGO.- Según el último dato disponible, en el país faltan alrededor de 3.800 médicos. Sin embargo, dicha cifra es tan dinámica como lo es la lista de espera para conseguir una hora con uno de ellos.
Dentro del diagnóstico de Salud salta a la vista un número que explica la dificultad para subsanar el problema de la falta de recursos humanos: el 10% de los funcionarios de los hospitales públicos renuncia anualmente.
Según consigna hoy
"El Mercurio", el 0,12% corresponde a jubilaciones y el 9,88% a renuncias voluntarias, sobre un total de casi 100 mil personas contratadas en los hospitales.
Es decir, el país debe ser capaz de formar recursos humanos altamente especializados (al año están egresando, por ejemplo, alrededor de 1.300 médicos y 1.000 enfermeras) no sólo para disminuir la brecha que impide que los 13 millones de personas que asisten a los hospitales públicos tengan una buena atención, sino también para suplir ese "delta" que se genera porque quienes están trabajando consiguen mejores opciones laborales o se jubilan.
Una de las vías para hacerlo es lograr que los puestos de trabajo en el sector público sean más atractivos. En ese sentido, hace menos de dos semanas el ministerio de Salud firmó un convenio con ocho gremios de trabajadores para mejorar las condiciones laborales al interior de los hospitales, en un proceso que se llevará a cabo entre este año y 2019, para así intentar controlar la fuga anual de personal.
Además, con su plan de formación de especialistas, la cartera espera dejar en formación a un total de 4 mil profesionales durante el período de gobierno. El ministerio fue requerido para referirse al tema, pero no comentó estos datos.
Quiénes emigran
Del total de renuncias, la mayor cantidad corresponde a profesionales de la salud. Así lo reconoce el presidente del Colegio Médico, Enrique Paris, quien explica que sólo por concepto de incentivos al retiro hay entre 570 y 600 médicos al año saliendo del sistema.
Sin embargo, reconoce que el problema ocurre fundamentalmente "por quienes reducen su horario, de 44 horas (jornada completa) a 22 (media jornada) o a 11 horas".
La luz de esperanza para Paris es que entre los profesionales más jóvenes la tendencia de ir disminuyendo las horas contratadas en el sector público ha bajado durante los últimos años.
Lo mismo ocurre con los profesionales del área no médicos, que son altamente valorados en el sector privado debido a la escasez de enfermeras, matronas, tecnólogos médicos, kinesiólogos y nutricionistas, entre otros.