SANTIAGO.- El terremoto de magnitud 8,4 grados Richter que el pasado 16 de septiembre sacudió varias regiones de Chile generó un tsunami "instantáneo", aseguró hoy Rodrigo Cienfuegos, gerente técnico del programa de investigación chileno-japonés para enfrentar riesgos y daños de tsunamis.
El proyecto de investigación de colaboración de ciencia y tecnología para el desarrollo sostenible (Satreps en inglés) entre ambos países y enfocado en tsunamis, es parte de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (Jica) y fue creado tras los tsunamis que afectaron a Chile en 2010 y a Japón en 2011.
"Lo que hemos aprendido es que el tsunami del 16 de septiembre fue instantáneo, el terremoto partió en una zona cercana al borde costero y se propago al fondo del mar. Las personas que estaban en las caletas dicen que tuvieron una primera inundación antes que terminara el movimiento telúrico", señaló Cienfuegos.
Entonces, si el tiempo estimado para evacuar las zonas costeras era de 10 a 15 minutos, los nuevos hallazgos hablan de un tiempo mucho menor. "El evento reciente cambió radicalmente la visión que tiene el mundo respecto de nuestra preparación en la evacuación", aseguró el experto, quien también es director del Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales (Cigiden), parte de este estudio de cuatro años.
En "Satreps-Tsunami" participan siete universidades chilenas y ocho japonesas, además de instituciones chilenas como la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) y la Dirección de Obras Portuarias (DOP) del Ministerio de Obras Públicas (MOP).
El proyecto firmado en 2011, que está en su fase de cierre y que entregará el informe final el próximo 29 de octubre, tiene cinco grupos de investigación, y expertos chilenos y japoneses que viajan constantemente entre ambos países para estudiar este tipo de desastres naturales.
"El foco del programa apunta a que la investigación y conocimiento que podamos generar desde la academia sirva en la respuesta de las personas para disminuir las muertes. Nuestra intención es recuperar la confianza en las instituciones porque es importante creer en que las autoridades están haciendo bien las cosas", sostuvo Cienfuegos.
A través de simulación de tsunamis, modelos matemáticos y bases de datos con información detallada de tsunamis, los expertos han desarrollado una serie de planes para mitigar los efectos de un desastre de este tipo. Entre ellos, sistemas de alerta temprana, estimación de daños por tsunami y tiempos de impacto, medidas de mitigación, evacuación de la ciudadanía y de edificios de altura, y la continuidad operacional de puertos.
Asimismo, en esta cooperación surge el Sistema Integrado de Predicción de Alerta de Tsunami (Sipat), un programa que está siendo probado en el SHOA y que permite establecer niveles de alerta por zonas con sólo conocer la magnitud, profundidad y epicentro del terremoto.
El conocimiento preciso e histórico permite interpretar los eventos y sus impactos con mayor precisión. En Chile por medio de fórmulas matemáticas y de optimización de cómputos entre eventos, se han logrado simular al menos 1.000 escenarios en todo el borde costero para poder producir el Sipat.
A diferencia de Chile, Japón tiene en este programa más de 100.000 escenarios y un sistema de alerta temprana de ondas P (primarias) y S (secundarias) que permiten anticipar terremotos en algunos segundos o incluso minutos antes de que llegue a su lugar de ubicación.
Para la subrepresentante de Jica Chile, Toshimi Kobayashi, según dijo a Efe, la diferencia entre ambos países es que "Japón es más desarrollado, tiene muchos más recursos y ha trabajado por años en tema de reducción de riesgos y desastres, tenemos mucha investigación dentro y fuera del país".
Según el estudio, los desafíos para Chile se enfocan en mejorar la evacuación ciudadana a través de entender la inconveniencia de uso de vehículos, iluminar más las vías y zonas de evacuación, adaptar en zonas seguras con servicios básicos y sistemas de atención, superponer otras rutas y formar a líderes para actuar en estos eventos.