SANTIAGO.- Un asalto violento a dos ciudadanos chinos en el centro de Antofagasta por un colombiano de 21 años, quien se encontraba de manera ilegal en la región, con orden de expulsión y dos causas pendientes, provocó un fuerte malestar entre la población.
También llevó a la comunidad local a exigir una regularización de la presencia de los indocumentados que pueblan la ciudad, pues en la percepción de los antofagastinos hay una vinculación entre estos y el aumento de los delitos violentos en la capital regional.
"Este año van 34 homicidios en la región, y antes eso no sucedía. Había robos, pero ahora es una situación alarmante, y queremos que las autoridades nos garanticen el derecho a vivir tranquilos. No somos xenófobos, pero hay una ola de inmigrantes irregulares que se debe controlar", sostiene Fabián Ossandón, de "Antofa Segura", organización que nació en marzo y que ya cuenta con 6 mil adherentes en Facebook.
Aunque, según la fiscalía, solo el 2% de los delitos ocurridos en la ciudad son cometidos por extranjeros, en radios y programas de televisión locales se han vuelto frecuentes comentarios acusatorios que relacionan a los inmigrantes con la delincuencia.
Debido a esto, la colonia colombiana, una de las mayoritarias en la región, tomó cartas en el asunto para no afectar a todos sus miembros. Hace unas semanas envió una carta a la Presidenta Bachelet solicitando una mayor fiscalización al ingreso de extranjeros ilegales, en especial a los que se encuentran en el país pese a tener órdenes de expulsión vigente.
"Es una situación que se salió de las manos. La percepción de inseguridad crece, y la comunidad lo atribuye a los colombianos", asume Benjamín Cruz, presidente de la colectividad en Antofagasta, junto con cifrar en cerca de 5 mil los compatriotas irregulares en la ciudad.
Añade que sorprende el hecho de que "en delitos donde estuvieron involucrados colombianos, todos tenían orden de expulsión vigente, pero seguían en Chile. En la frontera hay una mafia que se encarga de entrar a colombianos por pasos habilitados, y sobre ellos no hay control".
Según cifras de la jefatura de Extranjería de la PDI, si en 2013 los ingresos clandestinos de colombianos detectados en la región fueron 78, en 2014 subieron a 94 y en los primeros nueve meses de este año van en 68.
Es lo que hizo Willie Lanázuri (50), quien vive como ilegal desde hace cinco años junto a su familia en una casa construida en terrenos tomados al norte de la ciudad. "Intentamos entrar a Chile por el paso fronterizo de Chacalluta, en Arica, pero no pudimos. Llegamos a Bolivia, y tratamos de entrar por Colchane, pero tampoco lo logramos. Ahí una boliviana nos contactó, y nos cruzó por un paso ilegal".
Junto a su mujer, Liliana Montaño, ya tienen nueve hijos, dos de ellos nacidos en Chile. Aunque no habla de "mafias", sí reconoce que tuvo que pagar para poder llegar a Antofagasta.