El ministerio de Justicia ha buscado con distintos planes reducir las conductas delictivas de los jóvenes infractores de ley.
Aton Chile
SANTIAGO.- Tres funcionarios agredidos en el centro de régimen cerrado de Tiltil y otro en San Joaquín, que resultó con fracturas, dejan en evidencia la violencia de los menores que delinquen e ingresan a estos centros, según lo detectado en las fiscalizaciones realizadas durante el primer semestre de este año por la Comisión Interinstitucional de Supervisión de Centros-Reforma Penal Adolescente.
Los educadores entrevistados señalaron a los miembros de estos grupos fiscalizadores que el perfil de estos menores cambió y están más agresivos, según informa "El Mercurio" hoy.
Se trata de las visitas bianuales de esta comisión, que se replica en regiones, y que esta vez realizaron a 48 centros y secciones juveniles penitenciarias administradas por el Servicio Nacional de Menores (Sename).
Estos grupos visitadores los integran profesionales expertos del Poder Judicial, Ministerio de Justicia, Defensoría Penal Pública, Unicef, Fundación Paz Ciudadana, universidades, entre otras instituciones.
En el caso de Tiltil, por ejemplo, el informe señala que "de las agresiones a funcionarios se han registrado 3 durante el último período y las mismas están en investigación en fiscalía".
En San Bernardo se consignan agresiones físicas y verbales, sin detallar cantidad de funcionarios del Sename afectados.
Pero en el caso del centro de San Joaquín se dejó constancia que "unas semanas antes de la visita un joven agredió a un funcionario y lo dejó con fracturas. La situación fue denunciada al Ministerio Público y se cambió de casa al adolescente como medida de seguridad".
Añade que "la apreciación de los educadores es que el perfil de los jóvenes ha variado. Los jóvenes que ingresan hoy son más agresivos, tienen más anotaciones prontuariales, son mayores de edad. Muchos entre 18 y 19 (años)".
Y en Calera de Tango se detectó que un menor interno amenazó de muerte a un funcionario.
Situación en regiones
En el centro semicerrado de Iquique se informó que "al interior se visualiza como situación de conflicto que los jóvenes ingresan a cumplir la pernoctación drogados y los encargados de casos manifiestan que han tenido antecedentes —que no han podido confirmar— de que los jóvenes estarían ingresando con armas".
En Copiapó hubo dos casos de agresión en los últimos cuatro meses; en la sección Juvenil de la Cárcel de La Serena, Gendarmería dio cuenta de amenazas con arma blanca a funcionarios, y en el centro de Internación en Régimen Cerrado (CRC) de Graneros fue agredida una profesora y se constataron cinco casos al mes.
Golpiza de gendarmes
En el CRC de Talca es el único en que la comisión consignó abusos de gendarmes contra internos, donde las golpizas son permanentes, según se dejó constancia.
El documento señala que "los jóvenes se quejan de que los funcionarios de Gendarmería los agreden físicamente al intervenir en sus procedimientos y en los espacios de separación grupal".
Añade el reporte que "es de todos sabidos que la única cámara que graba al interior de este patio no tiene una vista completa del lugar, no graba al interior de las celdas ni el acceso cuando está la puerta abierta. En estos espacios reciben golpes y además aplican gas pimienta antes de encerrarlos en las celdas".
La comisión hace ver que la actuación de Gendarmería debe ser considerada como "último recurso", pero se observa una intervención reiterada cuando hay conflictos "como una práctica generalizada".
En la respuesta a las observaciones, el Sename señala que "los procedimientos que ejecute el personal de Gendarmería en un evento crítico o allanamiento preventivo se efectúan haciendo uso de la fuerza de modo proporcional y racional" y que siempre está presente personal del organismo.
