SANTIAGO.- La fiesta religiosa de "El Señor de los Milagros" es originaria de Perú, pero con el tiempo se ha extendido a otros países, entre ellos Chile, donde viven una gran cantidad de peruanos. Es por eso que hoy se realizará la procesión con la que se festeja, luego de una eucaristía que se celebrará al mediodía en la Catedral Metropolitana.
Eso sí, este año la procesión tendrá una particularidad: será encabezada por el arzobispo de Lima, cardenal Juan Luis Cipriani, quien
en conversación con "El Mercurio" destacó la cercanía que actualmente existe entre los pueblos de Chile y Perú.
"Yo percibo una cercanía entre nuestros pueblos mucho más grande de la que puede parecer. Creo que Perú y Chile han dado pasos muy grandes en esta última década, en que la integración económica, social, y también religiosa se va notando, y es una gran cosa para Latinoamérica el ir viviendo cada vez más como hermanos", sostuvo el prelado.
La festividad de "El Señor de los Milagros" recuerda la historia de Benito, un esclavo angoleño que en el siglo XVII sobrevivió a una epidemia de fiebre amarilla en Perú, a pesar de que se dedicó a atender a los enfermos. En reconocimiento, su amo lo dejó en libertad.
Entonces, Benito se dedicó a pintar la imagen de un Jesús crucificado en la pared de su habitación de adobe, acompañado de resplandores y música celestial, según señalaban testigos. Tiempo después, unos arcabuceros se acercaron al lugar, y hallaron la imagen terminada y a Benito muerto con su cuerpo incorrupto.
El 13 de noviembre de 1655, un gran terremoto dejó casi todas las construcciones de Lima en el suelo, incluida la habitación de Benito. Sin embargo, la pared donde él había pintado la imagen, quedó intacta. Se construyó una capilla en el lugar, comenzando el culto de los fervientes devotos católicos.
"Es una procesión que convoca mucho a toda la comunidad, no sólo peruana, sino también latinoamericana", afirmó Cipriani, quien agregó que "el Señor de los Milagros" habla "de su patria, de sus raíces, de sus abuelos".
El arzobispo de Lima se manifestó sorprendido por la cantidad y la devoción de feligreses que participan en Santiago de la festividad, la cual se celebra todos los años el último domingo de octubre.
